Sánchez y Maduro
Escucho y leo unas declaraciones de Pablo Echenique (Podemos) sobre el Senado español que me asombran y me indignan. Califica la mayoría del PP en esta cámara como "espúrea". He buscado en el diccionario de la RAE esta palabra y no existe. Si aparece "espuria" que significa: bastardo, que degenera de su origen o naturaleza, falso, fingido.
Quiero entender entonces que este caballero andante desde Argentina a España pone en duda nuestro sistema democrático, que las últimas elecciones generales que otorgaron la mayoría del PP en el Senado son espurias. Parece que nos quiere comparar con Maduro, que la cámara que no le interesa la elimina y punto.
Me preocupa más que la diputada asturiana Adriana Lastra le siga la corriente, la consideraba bastante más inteligente. Asegurara que la soberanía de pueblo reside únicamente en el Congreso. Pues no es así, Sra. Lastra, nuestra Constitución dice muy claramente que las Cortes españolas representan al pueblo español y están formadas por el Congreso y el Senado. Otro tema es que el Senado desarrolle plenamente las competencias que nuestra Constitución le tiene asignadas.
Todo esto viene a cuento de la decisión de Pedro Sánchez de presentar una proposición de ley para que la Ley de Estabilidad Presupuestaria no tenga que pasar por el control del Senado.
El Sr. Sánchez no es mi presidente del Gobierno, pero si es el presidente del Gobierno de mi país, y por eso merece mi mayor respeto. No obstante, tiene que permitirme que le diga lo que está haciendo mal, en mi modesta opinión, que desgraciadamente es bastante. No me gusta nada, Presidente, que emule a Maduro. Si una cámara no le conviene, saca una ley y pasa de ella olímpicamente. Piense un instante, Presidente, si esta situación fuese al revés, gobierna el PP con 84 diputados y el PSOE tiene mayoría en el Senado. Si el PP se plantease hacer lo que está haciendo ahora el PSOE me imagino lo que dirían: "Esto es el mayor ataque a la democracia en España, el PP es un partido antidemocrático, lo que hace es propio de una dictadura". No hablo de lo que diría el partido de Echenique, pero se puede imaginar fácilmente.
Cuando escribo estas líneas parece que el Gobierno, Sánchez, ha cambiado de opinión respecto a la defensa del juez Llarena. Ahora sí, será el estado español el que ampare al juez Llarena y asuma su defensa ante la demanda presentada por ese político huido y cobarde, con funciones de presidente en la sombra de los secesionistas catalanes, ante los tribunales de justicia belgas. Dicen que es de sabios rectificar, pero si se está continuamente rectificando, aunque se disfracen de otro modo, ya es de tontos, es decir que no se sabe lo que se hace.
Ya sabemos que Maduro dispone y maneja los tribunales de justicia venezolanos a su gusto, y si no le gustan los cambia. Baste recordar que la fiscal general venezolana está exiliada porque no es del gusto de Maduro.
La verdad es que pensé que el presidente Sánchez dejaba en la cuneta al juez Llarena como una prebenda para los secesionistas, pero no ha sido así, me alegro y le aplaudo. En la oposición, Sánchez trataba de políticos presos a los encausados en el llamado proceso catalán, pero ahora, de presidente, no se lo he vuelto a oír.
Sr. Presidente, por favor, no emule a Maduro para nada, ni se deje aconsejar por aquellos que aún defienden ese régimen. Y una última cuestión, no dice nada a favor de un presidente que tenía en su boca permanentemente la palabra diálogo y ahora usa desmesuradamente y sin razón el decreto ley. Gracias.
David Prado Fernández-Villarmarzo
Gijón
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