Oviedo está erróneamente diseñado

Se achaca a la corporación de la restauración el derribo del Carbayón, pero lo peor que hizo fue trazar la expansión de Oviedo hacia el Oeste –con el eje de Uría–.

Si Oviedo se hubiera expandido hacia el Este, además de conservar el Carbayón, hoy sería una ciudad para vivir, como Gijón y otras ciudades llanas. Mantendría el casco antiguo actual, y el nuevo Oviedo partiría desde la Tenderina Baja hacia el Este, con terrenos llanos, que permitirían calles anchas –siguiendo el ejemplo del expansionismo de ciudades como Barcelona o Buenos Aires– y llanas, pudiendo constituir una metrópoli, pues habría absorbido la zona Oeste de Pola de Siero, extendiendo su crecimiento hacia Llanera. En cambio, el trazado de Oviedo la delimitó a una colina, con calles empinadas –imposibles para gente mayor– y poco más anchas que las medievales de su casco antiguo. Pero el error ya está hecho y no se puede enmendar. Lo que sí puede hacer la corporación actual es no desaprovechar una ocasión histórica que tiene con unos terrenos a los que puede dar un uso que demanda la sociedad ovetense, como son los del viejo HUCA.

Oviedo no necesita ladrillo, lo que precisa es terrenos donde llevar los problemas; Oviedo lleva años con quejas vecinales por las siguientes cuestiones:

1.º La sistemática destrucción del campo San Francisco, el pulmón de la ciudad, por las actividades que en el mismo se celebran.

2.º Los ruidos y suciedades que se generan en el caso antiguo con los denominados chiringuitos.

3.º Los efectos acústicos sobre las piedras de la catedral, por los conciertos que se celebran en su plaza.

4.º Los ruidos, obstáculos y riesgos que suponen las actividades en la Losa.

5.º El traslado de las actividades feriales fuera del concejo.

Estos problemas se evitarían si se diese un uso a los terrenos baldíos del viejo HUCA, los cuales podrían utilizarse el resto del año para diversas actividades que potenciarían los barrios de El Cristo-Buenavista, que son los que más han perdido en la última década.

Los terrenos de la Vega están descartados, puesto que pertenecen al Ministerio de Defensa y éste sólo los permuta a cambio de otros terrenos o de dinero. Como el Ayuntamiento de Oviedo no tiene dinero, por años de mala gestión, únicamente le queda la opción de los terrenos del viejo HUCA, que pertenecen al Principado, y que el gasto que le supone es derribarlos y descombrarlos.

Las instalaciones del viejo HUCA no pueden utilizarse por el riesgo que representan las bacterias resistentes que se conservan en sus instalaciones, además de rehabilitación y adecuación resultan más caras que construir unas nuevas instalaciones; el edificio de Silicosis, que es el mejor, tiene un error estructural que lo convierte en una chimenea si hay un incendio. Por ello se derriban y su solar se destina por un lado a campus universitario –podría plantearse una residencia de estudiantes– y, por otro, como zona de expansión lúdica de Oviedo, lo cual ya era antes de que se construyese el viejo HUCA, cuando la población de Oviedo la utilizaba como merendero y área recreativa, al ser más soleada que el caso antiguo.

Se completarían las instalaciones del Cristo con pistas de skate –actualmente disponen de la plaza de España–, de patinaje, circuito de bicicleta para niños. Todo ello rodeado de espacio verde, desde la plaza de toros.

Los chiringuitos se trasladarían a dicha zona, al igual que los conciertos de la Catedral, que incluso se podrían celebrar en la plaza de toros para más comodidad, plaza que, rehabilitada, permitiría mayor capacidad. Los chiringuitos tienen que tener el personal dado de alta en la S.S. y en posesión del carnet de manipulador de alimentos; chiringuitos que deberían ser exclusivamente de las asociaciones vecinales de los barrios de Oviedo, en lugar de partidos políticos, y destinar cada año la recaudación a un objetivo concreto en su propio barrio.

Las atracciones feriales, que tanto molestan en la Losa, también se instalarían en la zona; incluso podría tener permanentemente instalada una noria –como algunas ciudades– desde donde los turistas puedan apreciar otra panorámica de la ciudad.

El resto del año el espacio sería un recinto ferial que se aprovecharía para diferentes eventos que potenciasen los barrios de la zona, en lugar del campo San Francisco, donde su impacto lo está destruyendo, como sería la feria del libro, del automóvil clásico, de la vuelta ciclista, del rally, de antigüedades, de mercado medieval, de mercado ecológico, del videojuego, de nuevas tecnologías; además de ser el espacio de celebración del mercadillo dominical, estilo rastro, en lugar del Campillín. Incluso puede coordinarse con el espacio Moodo, en el cual ser celebrarían los congresos, mientras que las exposiciones del evento se realizarían el recinto ferial del viejo HUCA.

José María Álvarez Álvarez

Trubia, Oviedo