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El problema de Dios

31 de Agosto del 2018 - Julio García García (Oviedo)

Es normal y obligado que todas las personas estén preocupadas por los problemas de este mundo: tener un trabajo, tener una buena asistencia sanitaria, formar una familia, estar protegido en los casos de paro, en la vejez, invalidez, etcétera.

Pero, además, el hombre debe tener y tiene otras preocupaciones de las que no puede desentenderse, como son: ¿De dónde venimos, por qué existimos? ¿Qué sentido tiene la vida? ¿Hay un Ser Superior creador del mundo y del hombre? ¿Se termina la vida del hombre con la muerte? ¿Hay otra vida? ¿Podemos vivir como nos guste o existen deberes morales que nos obligan?

A todas estas preguntas se han dado diversas respuestas y ya desde los primeros tiempos desde que el hombre existe y piensa. Hay respuestas desde el Campo de la Ciencias, más amplias y concretas desde la Filosofía y más directas desde las creencias religiosas, especialmente los monoteístas. Las más extendidas son la islámica, la judía y las distintas comunidades cristianas.

Pero como católico y español que soy y me siento, quiero hacer una breve referencia a las respuestas de la iglesia católica.

La religión católica es, en primer lugar, la tradicional de la nación española. Desde los primeros siglos del cristianismo, llegó al pueblo español la doctrina de Jesucristo hasta nuestros días y, pese a la grave crisis religiosa que existe en España, sigue siendo la de la inmensa mayoría de los españoles creyentes. Y de este arraigo en nuestro pueblo dan prueba tanto de la existencia de iglesias, capillas, etcétera, que existen hasta en los lugares más remotos, así como todas las fiestas que tienen como referencia a la Virgen; bajo distintas advocaciones como a los santos. Que en España se reflexione sobre la fe católica es como obligado.

Y ¿qué nos contesta la Iglesia a esos interrogantes?

En primer lugar, nos afirma la existencia de un Ser Superior infinitamente poderoso e inteligente que dio origen a toda la Creación, al mundo y al hombre. Ese Ser Superior al que llamamos Dios es el ser necesario y primera causa de todo lo que existe; que es por sí causado, contingente.

En segundo lugar, la Iglesia nos enseña que el Creador no se limitó a crear la existencia y la dejó a sus determinaciones, sino que Dios se hizo presente en la tierra a través de la persona del Hijo de Dios, que para hacerse visible se encarnó en la persona humana de Jesús, nacido de la Virgen María por obra y gracia de Dios Padre.

La Iglesia nos revela que Dios vino a este mundo para redimir al hombre del pecado de soberbia original y de todo pecado, y enseñarnos el camino para alcanzar la Vida Eterna.

Jesucristo nos reveló lo que debemos creer que está resumido en el Credo, cual debe de ser nuestra vida para alcanzar la salvación eterna, que se concreta en los Diez Mandamientos y las ayudas que Dios nos da para ser cristianos, para vencer las dificultades que tenemos en esta vida y Dios se nos muestra como infinitamente misericordioso y dispuesto a perdonarnos nuestros pecados por graves que sean, siempre que nos arrepintamos y le pidamos perdón.

Se preguntará ¿qué autoridad tiene la iglesia católica para enseñarnos la doctrina de Jesucristo?

Pues bien, esa autoridad de la Iglesia tiene unos fundamentos muy sólidos pues la funda de modo directo y personal el mismo Jesucristo en la persona de Pedro, primer Papa y de los Apóstoles, y les ha dado la misión de difundir su mensaje de salvación a todo el mundo.

Y de modo ininterrumpido los papas y los obispos han sucedido a Pedro y a los Apóstoles. Jesucristo les dio facultad para regir la Iglesia con fidelidad al Evangelio. Y esa misión la ha ido cumpliendo venciendo muchas dificultades y persecuciones y de aquellos doce apóstoles y un reducido grupo de discípulos hoy la Iglesia está extendida por todo el mundo y sus fieles llegan a mil millones doscientos mil los católicos.

El mensaje de Jesucristo que la Iglesia nos transmite es un mensaje objetivo, concreto que la autoridad de la Iglesia nos transmite con absoluta fidelidad.

Cuando ese mensaje se interpreta de modo subjetivo, libre, personal, desaparece su mensaje y se sustituye por mensajes subjetivos. Así ocurrió a partir del siglo XVI, cuando Lutero se separó de la Iglesia y predicó, interpretación personal, subjetiva del Evangelio, lo que ha producido que el protestantismo se haya dividido en numerosísimas tendencias, que como decía un pastor convertido al catolicismo, resulta muy difícil saber qué es en lo que creen.

Y la Iglesia nos da testimonios fehacientes de los fundamentos de la fe, como son los innumerables milagros que realizó de los que fueron testigos no solamente sus discípulos, sino, en ocasiones grandes multitudes. Y los Evangelios y cartas de los Apóstoles, y Jesucristo, al resucitar como hombre y hacer partícipes a los apóstoles y a unas quinientas personas, nos demostró que la resurrección es una realidad.

Por eso creo que es moralmente obligado conocer fe de la iglesia católica en sus creencias esenciales, no a través de fallos humanos y hechos anecdóticos. Estoy convencido de que la ignorancia es el factor principal de la aversión a la Iglesia.

Julio García García

Oviedo

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