Hace falta subir el debate
Es sabido la desafección que existe de la población en general hacia la clase política, principalmente por la corrupción que infecta en diferentes ámbitos institucionales (heredada del franquismo) y que es despachada con aquello "de que es un asunto personal", teniendo que esperar a sentencias judiciales que lamentablemente se alargan en el tiempo.
Pero entre otras razones existe también algo que me hartó este verano, es el poco nivel de responsabilidad y debate que muestran los dirigentes políticos, más doloroso aún con la aparición de nuevos líderes de los que esperaba otras hechuras. Por ejemplo los señores Rivera y Casado, tanto monta monta tanto.
El de Ciudadanos se ha enzarzado en una guerra con los lazos amarillos de Cataluña, que en vez de contribuir a calmar las aguas, está generando en la calle unas trifulcas que para nada dan tregua a una situación política enrevesada, porque retroalimenta a los empecinados en que la única salida del conflicto es dar caña. Supongo que el tal Rivera lo que busca es salir en las noticias pues últimamente estaba un poco apagado.
El nuevo presidente del PP ha preferido huir de la guerra de los lazos para no tropezar con su oponente directo y se ha centrado en la exhumación de Franco, el efecto llamada de los inmigrantes o el traslado de presos. Como si fuera inviolable la tumba del dictador cuando no sienten vergüenza por los abandonados en las cunetas; prefieren muertos en el Mediterráneo que plantar cara a Europa para que asuma el problema humanitario, después de incumplir la cifra de refugiados que se comprometieron en acogida y niegan los derechos legales de los presos a trasladarse cerca de sus familiares, penalizando a éstos también como culpables.
El presidente del gobierno Pedro Sánchez, del cual hay que reconocerle su valor al meterse en la lidia con la escasez parlamentaria que tiene, apuntó maneras resolviendo la primera crisis migratoria con el Aquarius, pero seguramente la regañina de la señora Merkel le hizo volver a las pifias de Rajoy. Prometió modificar la reforma laboral y de pensiones, pero de momento seguimos igual. Lo de TVE salió por los pelos y la luz sigue subiendo, veremos qué solución arbitran para cuando venga el frío en muchos hogares españoles.
Pablo Iglesias, haciendo su papel lógico de padre ha estado ausente, por lo que veremos que ínfulas trae en la temporada que comienza. Nos queda la sensatez y el buen juicio de Alberto Garzón aunque por "desgracia" sale poco en pantalla.
Desde luego hace falta subir el nivel del debate que supongo está siendo "manipulado" por los propios medios para rellenar la programación de verano. Pero con las cuentas que tenemos pendiente de cerrar la ciudadanía, no nos merecemos este empacho en amarillo ni azul. Ha llegado la hora de pegar el primer aviso.
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