Las vacas son las que más contribuyen al cambio climático

¿Qué datos y pruebas aportan los que niegan o minimizan la relación entre el aceleramiento del cambio climático y las vacas? ¿En el aumento de las muertes por bacterias resistentes a los antibióticos y la administración de antibióticos sin control al ganado? ¿Y el del aumento de determinados tipos de cáncer irrelevantes hace años, como el de páncreas, y las hormonas que dan al ganado? Ninguno. Frente a estos, aquí están los datos, que son comprobables porque son científicos y recogidos por organismos reconocidos:

1.º. El sector ganadero genera más gases de efecto invernadero –el 18 por ciento, medidos en su equivalente en dióxido de carbono (CO2)– que el sector del transporte. También es una de las principales causas de la degradación del suelo y de los recursos hídricos.

Las vacas emiten el 9 por ciento del CO2, el 30 por ciento del metano –20 veces más nocivo que el CO2–, el 50 por ciento del amoniaco y el 60 por ciento del óxido nitroso –296 veces más nocivo que el C02.

“El ganado es uno de los principales responsables de los graves problemas medioambientales de hoy en día. Se requiere una acción urgente para hacer frente a esta situación”, asegura Henning Steinfeld, jefe de la Subdirección de Información Ganadera y de Análisis y Política del Sector de la FAO, y uno de los autores del estudio. Informe de la FAO de 29 de noviembre de 2006.

2.º. Un informe elaborado en Gran Bretaña señalaba que, de continuar el progresivo crecimiento de la resistencia a los antibióticos, para el año 2050 constituiría la mayoría de las muertes –por encima del cáncer y otras enfermedades–, llegando a los diez millones de personas al año, diez veces más que ahora, y que supondría un coste sanitario de unos cien mil millones de euros. The Global Economic impact of anti-microbial resistance. Noviembre 11, 2014. UK

3.º. España es el país con la mayor resistencia a los antimicrobianos, con un 50 por ciento de los casos. Informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) Año 2015.

4.º. La elaboración del proyecto de plan de acción mundial sobre la resistencia a los antimicrobianos, solicitado por la Asamblea de la Salud en la resolución WHA67, 25 en mayo de 2014, documento EB136/20, refleja el consenso general de que la resistencia a los antimicrobianos representa una grave amenaza para la salud humana. 68.ª Asamblea Organización Mundial de la Salud (OMS) 27 de marzo de 2015.

5.°. Un estudio llevado a cabo por el Instituto Goddard de Estudios Espaciales, de la NASA, y el Joint Global Change Research Institute, concluye que los datos aportados por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) están desfasados. En diez años demuestran que las tasas de metano se dispararon comparado con el período comprendido entre 2000-2006. Han aumentado un 8,4 por ciento las emisiones de metano por digestión y un 36,7 por ciento en las relacionadas con sus excrementos.

La investigación, publicada en la revista científica "Carbon Balance and Management", concluyó que las emisiones de metano producidas por el ganado aumentaron un 11 por ciento en comparación a las medidas publicadas en 2006 por el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático. El Instituto Goddard de Estudios Espaciales, de la NASA, subraya que la cantidad real de metano no está siendo analizada correctamente, y que podría ser hasta el doble de la que se calcula en la actualidad. Así, su responsable, el climatólogo Drew Shindell, afirma que el metano, al llegar a la atmósfera, se ve afectado por contaminantes que afectan su composición. Por ello, concluye, habría que estudiar estos gases cuando se emiten en la superficie terrestre, y no cuando ya se han mezclado en la atmósfera. Informe del año 2016

6.°. La resistencia a los antimicrobianos ya comporta una pesada carga social y económica y se estima que es responsable de 25.000 muertes al año sólo en la UE y de 700.000 muertes al año en todo el mundo. Plan de Acción europeo «Una sola salud» para luchar contra la resistencia a los antimicrobianos. Comisión Europea. Bruselas, 29 de junio de 2017.

No hay seguridad alimentaria, puesto que la propia Administración del Principado, a raíz de los últimos casos de ganado encontrado en pésimas condiciones, ha reconocido que le es imposible controlar todas las explotaciones. Si no puede controlar las explotaciones dadas de alta en la S.S., mucho menos podrá con las cuadras clandestinas de los que se dedican a la economía sumergida. De ahí que Galicia y Asturias siempre han estado en el epicentro de todas las redes de distribución de hormonas desarticuladas esta década, como la llevada a cabo por Interpol el año pasado, “Operación Gazel”.

Respecto a los incendios forestales provocados, está plenamente demostrado que existe una relación directa entre los mismos y la búsqueda de obtención de pastos; basta analizar dónde se han producido. Ahí está el caso del sindicalista agrario que detuvieron por provocar un incendio forestal.

Que más del 60 por ciento del ganado se mueve en la economía sumergida se deduce del hecho de que en los últimos veinte años el número de afiliados a la Seguridad Social Agraria se ha reducido en más del 50 por ciento, mientras que ha crecido exponencialmente el número de vacas y caballos. ¿Cómo se explica? Porque la mayor parte del mismo son de trabajadores de otro sector, prejubilados, jubilados, perceptores del subsidio de desempleo, del salario social..., delincuentes que se dedican a la ganadería sin cotizar a la Seguridad Social por su actividad, ni declarar a Hacienda sus ingresos. Los crotales no aseguran nada, puesto que pueden conseguirlos de quien esté dado de alta en la S.S. agraria, y no tienen que desplazarse, pues las ventas no las realizan en centros controlados por la Administración, ni en ferias ganaderas para no ser identificados, lo hacen en sus viviendas, sin IVA, bien directamente a bares, carnicerías, restaurantes y sidrerías, bien a intermediarios que lo colocan por toda España y fuera de la misma. Y el dinero lo guardan en sus viviendas para eludir a Hacienda -hay más dinero en las mismas que en todas las sucursales bancarias de Asturias-, y lo han lavado en el sector inmobiliario, especialmente con el cambio al euro. Además, son un foco de zoonosis; basta recordar el caso acaecido en la sierra del Aramo hace unos años, cuando uno dedicado a la economía sumergida introdujo sus reses que contagiaron la enfermedad al resto. O el que en Asturias no se haya descastado la tuberculosis bovina, por la economía sumergida en la ganadería.

La preservación de los bosques es incompatible con el pastoreo, puesto que especies, como las cabras, impiden que broten los árboles, y otras, como las ovejas, no dejan ni una brizna de hierba. Prueba de ello es que los espacios arbóreos centenarios, y donde no se han registrado incendios, como Muniellos, son aquellos donde no ha habido actividad ganadera. Australia, EE UU, Brasil y Paraguay son claros ejemplos de que la ganadería reduce la extensión boscosa.

Por lo tanto, el que haya economía sumergida en la ganadería supone una competencia desleal para los ganaderos, un riesgo de zoonosis y una amenaza para la salud por los antibióticos y hormonas, además de un gran impacto ambiental por los incendios forestales que provocan; la culpa la tienen, además de las administraciones de Galicia y Asturias que no la erradica, las fiscalías que no actúan y los sindicatos agrarios, que nunca han dicho ni hecho nada contra la misma; lo que lleva a la sospecha de que hay implicaciones al más alto nivel.

Y que no nos vengan con cuentos como los del lobo y otras especies salvajes. Los que realmente causan perjuicios son los involucrados en la economía sumergida en la ganadería. Además, los de espacios protegidos, como los Picos de Europa, son unos jetas, no quieren fauna salvaje pero bien que se embolsan los cientos de millones de euros de subvenciones por estar en un Parque Nacional. ¿Por qué tienen esos privilegios? Saldría más barato a los contribuyentes ponerles un piso en Madrid, como hacían los señorones de Bilbao con sus queridas.

Por todo ello, para frenar el cambio climático, mucho más decisivo que la sustitución de combustibles fósiles es la drástica reducción de vacas en el planeta. En el caso de España basta con erradicar la economía sumergida en la ganadería.