La Nueva España » Cartas de los lectores » Bajar o subir impuestos

Bajar o subir impuestos

12 de Septiembre del 2018 - José Viñas García (OVIEDO)

No hay duda que para mantener un estado de bienestar como el nuestro se necesitan recursos en forma de impuestos directos e indirectos. Los listillos están a la orden del día, nadie quiere pagar impuestos, el problema es que, por esos que se escaquean, luego la carga impositiva sobre la clase media baja es mayor, en ellos recae el mayor sacrifico cuando otros que pudieran aportar sin mayores dificultades disfrutan de unas evasivas permitidas desde las administraciones.

Los inspectores de hacienda son pocos y mal direccionados. Es cierto que tienen que ir por todo aquel que defraude: grandes empresas, fortunas, bancos, etc. pero, se olvidan de muchas profesiones liberales donde el no dar factura está muy a la orden del día. Un ejemplo: Médicos de todas las especialidades en consultas privadas. Las ciudades, villas y pueblos están repletas de este tipo de consultas hasta en la vivienda habitual del especialista de turno, son miles repartidos por toda España que, ante clientes muy especiales tienen por costumbre no dar factura si no se la piden ¡y casi nunca se la piden! ¿Saben por qué? Los clientes son enfermos, acuden a ese doctor a solucionar un problema que en sanidad pública (muchas veces con ese mismo doctor complementando ambas) se alarga demasiado en el tiempo la espera para consulta, pruebas e ingresos "listas de espera" y, ante la preocupación de su enfermedad pagan por ser atendidos por el mismo doctor que debiera atenderles en el hospital. O, se les antoja más cómodo acudir en horarios fuera del trabajo (algo que la sanidad pública no interpretó todavía en toda su extensión, que muchos trabajadores, autónomos o empresarios el acudir a consultas en horario de trabajo se les hace imposible descuidar su responsabilidad). ¿Qué ocurre en la consulta? Que le atienden con la amabilidad y gracia inusual de costumbre en la pública. Luego, le soluciona todo en un santiamén, direccionándolo en poco espacio de tiempo a su consulta pública en el hospital para que las pruebas les salgan gratis, facilitándole la entrada por la puerta grande sin listas de espera para ingreso y operaciones (éste proceder todos, todos lo saben, e repercute también en la distorsión de las listas de espera). Todo eso influye para que, el cliente se vaya dando las gracias por la atención recibida sin pedir factura. Es una especie de decálogo no escrito, el profesional beneficia al cliente, y el cliente por ese motivo deja de obligarle a entregar factura que le permite evadir impuestos casi legalmente (a la vista de todos) sin que estos inspectores se pongan manos a la obra, de ahí saldrían muchos miles de millones por toda España (todos acudimos alguna vez, sabemos los que hay en la sala de espera y cuantos atienden de 4 a 10: muchos; si la mitad se convierte en dinero negro, miren cuanto se va al bolsillo de ese profesional respetado y bien visto sin pasar por el fisco) que al no pagar éstos que pueden, lo tienen que hacer por ellos los trabajadores y pensionistas ya estrujados a más no poder.

Por eso, no hace falta subir impuestos, e incluso a los menos favorecidos se les puede quitar cargas impositivas indirectas, ya que de poco sirve que estén exentos muchos del IRPF, si luego le suben los productos de primera necesidad: alimentos, luz, agua, libros escolares, comedores, guarderías, residencias, pañales, renta, etc. ¿cómo? Dándoles un documento acreditativo de que para ellos (no todos) algunas cosas les salgan gratis o deban aplicarles un IVA reducido al máximo. No así para el resto que pueden pagar. Incluso el copago farmacéutico, no hace falta quitarlo, solo para los que no pueden pagarlo. No hacer cómo ZP con aquello del cheque bebé que se lo daban hasta los nietos de Botín.

Lo curioso en este tema es la opinión de muchos economistas: subir impuestos retrae el consumo, las empresas se van o dejan de contratar y los despidos vienen solos. Sin impuestos, no hay forma de mantener un sistema cómo el nuestro, las autopistas, hospitales, colegios, universidades, etc. hay que mantenerlas. Si los que pueden son insolidarios, el empobrecimiento general está despiadadamente implantado, ya que los cada vez más clase baja no hay forma de exprimirles un euro más.

Por ello, señores políticos dejen de hacerles el juego a los que amenazan con irse o dejar el País asolado en la miseria, quien quiera vivir aquí debe aportar en proporción justa. Ellos también hacen uso de lo que entre todos pagamos con mucho sacrificio.

¡¡¡Se me olvidaba!!! ¿Para cuándo están dispuestos a reducir sus gastos? los gastos en duplicidades, diputaciones, senado (ese cementerio de elefantes sin nada que hacer) asesorías, conserjerías, consultorías, delegaciones, etc. donde ustedes se colocan a sestear hasta más allá de la muerte con grandes sueldos ¿cómo pueden pedir sacrificio a las familias y ustedes a vivir la vida padre?

Cartas

Número de cartas: 45270

Número de cartas en Mayo: 114

Tribunas

Número de tribunas: 2045

Número de tribunas en Mayo: 7

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador