Orgulloso de mi alcalde
Soy vecino de Oviedo y ya tengo unos años, los suficientes como para haber vivido el paso de varios alcaldes (Eloína Suárez, Riera Posada, Antonio Massip, Gabino de Lorenzo, Caunedo) y, ahora, Wenceslao López.
Con ninguno, y son unos cuantos, me sentí tan a gusto y orgulloso como con el actual: el Sr. Wenceslao López.
Una persona que irradia honestidad, prudencia y buen hacer, que se implica en proyectos a medio y largo plazo para poder lidiar con unos problemas, de saneamiento primero y de tramitación después, con la vista puesta en el beneficio de los ciudadanos ovetenses sin sacar pecho por ello, lo cual le confiere el don de la humildad.
Cuatro años no son nada si se intenta corregir una trayectoria de más de doscientos mil habitantes marcada por el estancamiento, la apariencia y el horterismo.
Así que qué menos que darle a este alcalde (que a mí me recuerda a Tierno Galván pero con un poco más de carácter, de... mala uva, vamos).
Otro plazo de cuatro años para que pueda realizar algún cambio más y deje otros en un proceso de marcha hacia adelante que vaya acabando con el parón y retroceso que estuvimos sufriendo durante más de 20 años, yo creo que desde siempre.
Ya pensaba que me moriría habiendo visto pasar por mi ciudad unos alcaldes que, en el mejor de los casos, no hicieron nada progresista.
Pero no, al final por mi vida ha pasado un alcalde del que me siento orgulloso.
Gracias, Wenceslao.
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