¡Pobre señor Trevín!
Brevemente. Le agradezco que usted se queje, públicamente, de una situación desagradable acontecida en un viaje a Italia y con una compañía aérea concreta.
Es muy interesante e importante que los políticos y expolíticos vivan en sus carnes lo que padecemos usuarios sin posibilidad -la mayoría de las veces- de contar con medios de comunicación para quejarnos de ello.
Los retrasos, la falta de información, la pérdida de maletas, la descortesía y, en alguna ocasión, la pérdida de enlaces, es una situación que padecemos cientos de usuarios y, sinceramente, “cabrea”. Se lo aseguro. Ante ello la única defensa que tenemos es la irascibilidad, la impotencia, el pataleo... Al cabo de un tiempo y transcurridas muchas horas, recibimos una disculpa y una palmadita en la espalda casi llamándonos bobos. Cabe otra posibilidad, presentar una demanda, pero el papeleo, el coste y el resultado, aboca al aburrimiento o una exigua indemnización.
Dicho todo lo anterior, resulta patético que usted se queje, precisamente ahora, cuando disfrutó de innumerables cargos en el primer nivel y durante tantos años en la política y no se hubiera percatado de este problema. Bienvenido a mi mundo obrero que, como es mi caso, no sólo me ocurrió una, sino más veces, lo que usted denuncia ahora.
Permítame, como final, decirle a usted que la Administración asturiana puede, si quiere, presionar a las compañías a la par que agilizar y apoyar a los usuarios para que nos sintamos mejor respaldados y representados. Pero, ahora que recuerdo, no sé para qué le digo esto, pues no me acordaba de que disfruta ahora de otras actividades al margen de la política y de su profesión de origen sin duda más penosa.
Señor Trevín, desearía que contestase a una simple pregunta. ¿A usted, que durante tantos años utilizó puentes aéreos, nunca le ocurrieron demoras? ¡No me lo creo! Más bien creo que no podía, no quería o no le apetecía por aquello de la esfera política y estar ubicado y apartado en salas vip. Denunciar y enfadarse ahora no es muy entendible y no me extraña que quienes pisamos la calle afirmemos con mayor fuerza el escaso respeto y aprecio hacia la clase política, por sus falacias, privilegios y, entre otras, sus contradicciones. Así y todo, muchas gracias, señor Trevín.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo