Coleccionistas de másteres
Vivimos momentos delirantes en la política española. Se nos anunciaba que tendríamos un otoño calentito, hablando metafóricamente, pero, más que calentito, nos está resultando tórrido.
Y todo como consecuencia del virus de “titulitis” que se está cebando sobre nuestros "insignes" políticos, esos que sin un máster o una diplomatura académica brillante no parecen servir para nada. El tema es sorprendente y vergonzante, usted tiene un amiguete en una Universidad, da igual en cuál de ellas sea, y esta le regala un máster por su cara bonita (bueno, y por los padrinos que usted tenga, como siempre). Los puede usted elegir a la carta, los hay para todos los gustos, colores y siglas políticas. Una vez en su poder, usted lo agrega a su currículum, que se vea que tiene valía. Una vez realizado el trámite, se presenta usted a unas elecciones, da igual por el partido que sea, y con un poco de suerte y un buen pico de oro, como el de aquellos antiguos feriantes de fiesta que siempre nos pretendían engañar con su fácil palabrería, se convierte usted en todo un señor diputado, senador, ministro y hasta presidente de Gobierno.
Lo importante, en estos momentos, en España, no es lo que vaya a pasar con el tema de la independencia de Cataluña, ni si en el sistema de las pensiones peligra o no peligra, o si nuestra economía da signos de volver a retroceder; todo eso es pecata minuta, lo que abre telediarios, lo que es portada de periódicos, lo que está en boca de los ciudadanos es el virus maligno de la masterización que afecta gravemente a la clase política español. Rivera, Casado y hasta el mismo presidente Pedro Sánchez están bajo sospecha de padecer la enfermedad.
Y es que hoy si no tienes un máster que llevarte a la boca estás perdido, eres un donnadie. Bueno, siempre habrá excepciones, como el caso de Adriana Lastra, número dos de PSOE, que, sin grandes títulos académicos, y por supuesto, sin ningún máster, es hoy por hoy una de las personas más influyentes en el nuevo PSOE.
Son muchos los ciudadanos que opinan, entre los que me incluyo, que todo esto de los másteres sólo es una cortina de humo al comienzo del curso político para tenernos despistado al personal sobre los muchos y graves problemas que tendrá que afrontar el Gobierno de Pedro Sánchez, un gobierno en minoría y que, para más desgracia, ya ha tenido que asumir la dimisión de dos de sus ministros, precisamente afectados por el maldito virus de los másteres.
Y es que hoy sin un máster eres un pobre desgraciado, hasta los ganaderos asturianos están pensando en sacarse alguno de estos títulos, ahora que están en oferta, para saber cómo sobrevivir a las políticas del Gobierno regional
Manuel Diaz Estrada
Forcinas (Pravia)
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