Un templo de maravillas
Lo que Alberto Llavona hacía en la librería La Palma no ganaría uno de esos concursos de emprendedores que con tanto ardor defienden nuestros políticos actuales.
En La Palma se vendían libros en inglés cuando en Oviedo sobraban dedos de las dos manos para contar a los lectores en ese idioma, y entre ellos sobraban los dedos de una mano para contar a los compradores. Y si ese panorama no resultaba lo suficientemente ruinoso, este comprador pagaba sus libros a plazos al ritmo que su menguada asignación semanal se lo permitía.
La entrevista con Javier Cuervo (A fondo 15/09/2018) me hizo recordar el libro de "Cómo acabar de una vez por todas con la cultura", de Woody Allen, cuya adquisición me valió una regañina de mi padre, preocupado por el rumbo que iban tomando los intereses del hijo de un obrero.
En La Palma se podían encontrar, entre otras materias, libros de matemáticas, arquitectura y teoría literaria, y sobre todos ellos tenía Alberto una opinión bien informada. En La Palma conseguí (a plazos) las obras completas de Lewis Carroll, y todas las narraciones de Sherlock Holmes en sendos tomazos en su lengua original.
Otro recuerdo que la entrevista rescató en algún rincón olvidado de la memoria:
en mi adolescencia y juventud La Palma era un lugar que aparecía de forma recurrente en mis sueños, y el pequeño espacio en que consistía la librería durante la vigilia se convertía en el sueño en la antesala de un lugar secreto, una especie de templo epicúreo lleno de luz y de gente, donde se cultivaba la amistad y la lectura.
Recordando ahora aquellos sueños se me ocurre que simbolizan a la perfección
lo que Alberto Llavona hizo por esta ciudad en los años de la Transición:
poner una chispa de luz en la oscuridad, un oasis de civilización en el que
recuperar fuerzas para enfrentarse a la barbarie.
Estoy seguro de ser solamente uno entre la multitud de lectores en Oviedo
que recuerdan con agradecimiento cuánto disfrutaron de sus expediciones a aquella rara isla de cultura, y de las incontables maravillas que en ella podían encontrarse.
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