Wenceslao, un Sánchez en miniatura
Visto que las políticas socialistas han resultado desastrosas para la economía española, afectando sobre todo a las clases medias y bajas, en los últimos años hemos sido testigos de cómo la izquierda en general y el PSOE en particular han ido degenerando en una mal llamada "política de la apariencia" alejada por completo de los intereses y preocupaciones de la mayor parte de la población. Esto se ve reflejado en el progresivo declive de votantes que ha padecido el PSOE desde el comienzo de la crisis allá por 2008 y llegando a su mínimo histórico (desde la fundación del partido) con apenas 84 diputados en el Congreso y 62 senadores.
Podemos ver una representación en miniatura de la situación nacional en nuestro Ayuntamiento: tanto Pedro Sánchez como Wenceslao López no son la lista más votada y en el caso de Oviedo aún peor, ni siquiera la segunda más votada. Ambos han obtenido el poder a toda costa sin tener en cuenta los intereses generales y han dado como resultado gobiernos débiles que apenas pueden administrar.
A nivel nacional, Sánchez gobierna a base de decreto ley (el que más lo ha utilizado en democracia) para intentar compensar su debilidad parlamentaria y todo para medidas que a mi parecer no son para nada urgentes, que es para lo que se debería usar el decreto ley, pero sí ideológicas. Resulta de una actualidad apremiante hablar ahora de Franco en lugar de que España está dejando de crecer, el paro está aumentando, el precio de la luz está en máximos y que los salarios continúan menguando por el progresivo aumento de impuestos.
A nivel local ocurre algo similar, Wenceslao se ve atado de pies y manos por sus socios de gobierno y Oviedo ha terminado teniendo un Ayuntamiento inmóvil e incapaz de responder a las demandas de los ciudadanos. No han sido capaces de dar respuesta a los barrios de El Cristo o La Vega, la gestión de las fiestas de San Mateo se están llevando a trompicones y con continuas rectificaciones por parte del Ayuntamiento. Incluso han dividido a la población sobre temas como la Semana Santa o cuestionando los premios "Princesa de Asturias" (supongo que por presiones de sus socios) siendo ambos eventos muy positivos para Oviedo tanto cultural como económicamente.
En mi opinión, Wenceslao y Sánchez han utilizado las instituciones no para el interés general, sino para intentar hacer un lavado de cara de su propio partido e intentar recuperar votos mediante "políticas de la apariencia" que a pesar de ser polémicas carecen de importancia para la mayoría social.
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