¿Alcaldesa en sintonía?
El pasado domingo, leyendo LA NUEVA ESPAÑA, me topé con una entrevista a la actual alcaldesa de Avilés en las primeras páginas; en ésta, la Alcaldesa anunciaba que se presentaría a las elecciones municipales de 2019 para intentar ser reelegida. Lo cierto es que, además de elogiar al actual equipo del Ayuntamiento de Avilés y entusiasmarse por los futuros proyectos municipales, habló de los partidos de la oposición en un tono, a mi percepción, bastante seguro, destacando que “los veía con menos sintonía con la ciudad” y que, aunque los escuchase con mucho respeto, “los tenía en cuenta lo justo”.
Me parece bastante curioso que la Alcaldesa hable así del resto de grupos parlamentarios: ¿acaso se ha olvidado de que el PSOE de Avilés ha obtenido el peor resultado de su historia en los últimos comicios, y de que gobierna en minoría? En las pasadas elecciones, el PSOE obtuvo el respaldo de un escaso 27% de los avilesinos, y aunque fue la lista más votada, la Alcaldesa no debe olvidar que eso no constituye una mayoría suficiente para criticar con tal desprecio a los partidos de la oposición, y mucho menos para atribuirse el mérito de ser la formación más en sintonía con la ciudad.
Respecto a los proyectos que tiene en mente la Alcaldesa para el futuro del municipio (en la entrevista mencionaba la mejora de la zona de Los Canapés entre otros), me resulta difícil creer que, en todos los años que lleva su partido al frente del Ayuntamiento, gran parte del municipio permanezca en condiciones lamentables. Si bien finalmente se ha llevado a cabo el asfaltado de gran parte de la calle Santa Apolonia, aunque aún seguimos esperando a que se derrochen decenas de miles de euros en trasladar el mamotreto de hormigón de La Rocica para terminar el tramo restante, no observo nada positivo en el hecho de añadir semáforos automáticos en dicha calle (el tránsito peatonal es escaso); solamente se ha ralentizado el tráfico, al igual que se ha hecho en la calle Gutiérrez Herrero añadiendo un paso de peatones regulado con un semáforo que sólo sirve para beneficiar al conocido supermercado que hay a un lado de la calle, cuando existe otro paso de peatones unos metros más allá. Pero de nuevo, el Ayuntamiento obedece a la minoría ruidosa de Versalles a la que parece que la idea de caminar unos metros más le aterroriza. Afortunadamente, el Ayuntamiento actuó correctamente desplazando unos metros el paso de peatones de la salida a la N-632 de la rotonda de Los Canapés, aunque nada se hizo hasta que hubo que lamentar víctimas.
La Alcaldesa aprovechó además para tachar de “mezquina” la decisión de no dar al parque de El Pozón el nombre del exalcalde socialista Manuel Ponga, un acto cuando menos simbólico, ya que, de facto, todo el mundo lo seguirá conociendo como “parque del Pozón”. Manuel Ponga fue, simplemente, un buen político que cumplió con sus obligaciones como alcalde. Dudo que la oposición haya votado en contra solamente por puro rencor: su decisión de estar en contra de la propuesta no es para nada mezquina.
Aunque si finalmente el PSOE logra que se lleve a cabo el cambio de nombre alabado por los cientos de firmas presentadas por vecinos de El Pozón, muy probablemente votantes socialistas, es posible que esto sirva de precedente para dar el nombre de la actual alcaldesa a, quién sabe, la marquesina de La Rocica, o como yo prefiero llamarla, el mamotreto de hormigón. No nieguen que sería, cuando menos, divertido.
Concluyo esta carta recordando a aquellos que la lean que la política no es una profesión, y que la señora alcaldesa, al igual que otros dirigentes socialistas y del resto de partidos, la ha tomado como tal.
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