Una tardía decisión
Leo en LA NUEVA ESPAÑA que el PSOE praviano y la FSA deciden, de común acuerdo, cesar al concejal Diego Cuervo de todos sus cargos en el Ayuntamiento por su implicación en el accidente de hace un año en el que falleció un vecino de la villa, y en el cual el político había dado positivo en la prueba de alcoholemia.
La noticia no me ha cogido de sorpresa, es más, era algo más que previsible y que desde esta tribuna pública de opinión habíamos pedido en numerosas ocasiones. Lo peor del cese de Cuervo es que nos ha llegado con un año de retraso. Un año en el que tanto el partido como el concejal han emborronado innecesariamente el nombre del PSOE.
¿De qué les ha servido tanto a la FSA como al propio alcalde de Pravia alargar la agonía de la destitución del concejal? ¿A caso siendo como son militantes socialistas no tenían claro que el código ético y de buenas prácticas de su partido desde un principio no se ajustaba a la desgraciada realidad de los hechos? ¿Por qué esa enfermiza manía de nuestros políticos locales de agarrarse al poder, y al sueldo, como a un clavo ardiendo?
La historia, por desgracia, se ha repetido como en el caso del exalcalde Antonio Solar, nuevamente tiene que ser la justicia la que envíe a la calle a un cargo público de nuestro Ayuntamiento.
Creo que en los dos casos se pone de manifiesto la inmadurez política de ambos protagonistas, quienes confundieron sus cargos públicos, como si fueran trabajadores de una empresa privada y tuviesen derecho a defender su puesto de trabajo.
También sorprende la actitud totalmente indiferente de la FSA ante un caso de tanta gravedad como el que nos ocupa. ¿Qué hubiera hecho el señor Barbón si en vez de ser un concejal de su partido, y en Pravia, la cuestión fuera la de un edil del PP, pongamos, por ejemplo, en el Ayuntamiento de Oviedo?
La honradez, la ética, la moral y las buenas formas de gobernar, no sólo hay que predicarlas como doctrina, que suenen bien a los oídos de los ciudadanos, sino que hay que practicarlas en el día a día ante la gente de la calle.
El caso del concejal praviano Diego Cuervo demuestra claramente que hoy día ya nadie se dedica a la política por defender sus ideales, ni por mejorar la vida de los ciudadanos, sino que es como una profesión más, de la cual no te queda otro remedio que vivir de ella.
Por último, en estos momentos complicados para el PSOE praviano, quiero tener un recuerdo muy especial para dos grandes socialistas locales: Rafael Solís y Luis Álvarez, ambos por desgracia ya fallecidos, dos hombres honestos, íntegros, fieles servidores al ideario socialista, que dedicaron sus vidas al servicio de la causa del partido.
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