Un lago en el Bulevar de Santullano, criadero de mosquitos
La previsión de crear un lago artificial en Asturias, contemplada en el proyecto de "Bulevar de Santullano" en una zona urbana y en la parte baja de la ciudad de Oviedo, supone la creación de un hábitat acuático, de un macrocriadero, de todo tipo de insectos, anfibios y todas las criaturas asociadas a este medio.
No se ha tenido en cuenta la situación actual de la ciudad, que ya viene sufriendo las molestias del mosquito común, como los vecinos de Ciudad Naranco que han alertado de una plaga de mosquitos por el abandono de solares: "No se puede ni abrir la ventana, están por todas partes", dicen las asociaciones del barrio, que ya han denunciado el caso ante la concejalía de Salud (LA NUEVA ESPAÑA del 19 de septiembre de 2018), o la que se venía padeciendo en el Parque de Invierno, o en tantas otras zonas de Oviedo que no han trascendido a la prensa, como las molestias del mosquito común, que venimos padeciendo en la zona de Teatinos durante toda la primavera, verano y parte del otoño, por el estado de abandono de las fuentes/estanques del aparcamiento público de junto a Carrefour, que no están en funcionamiento, pero sí almacenan agua de lluvia en los estanques o piscinas de las mismas, todas desconchadas, donde tienen su lugar de crianza. Al mosquito común hay que sumarle una nueva especie de origen americano, el mosquito alacrán (LA NUEVA ESPAÑA del 23 de junio de 2018).
Pero lo que resulta más grave es que se está ignorando la proliferación de nuevos tipos de mosquitos, exóticos, de otras áreas geográficas, transmisores de toda clase de enfermedades, tales como el mosquito "Aedes japonicus", que transmite el dengue y la fiebre del Nilo Occidental (LA NUEVA ESPAÑA del 2 de agosto de 2018) o el mosquito tigre, que es transmisor de enfermedades muy peligrosas, extrañas y de difícil tratamiento como el dengue, chikunguña, la fiebre amarilla y así hasta más de 20 infecciosas y víricas (LA NUEVA ESPAÑA del 13 de julio de 2018), aparte de transmitir el zika y la dirofilariasis canina, entre otras.
El zika, del que ya hubo casos en España, el ébola y hasta la tuberculosis también vienen de mano de los mosquitos y desconocemos cuántos tipos de ellos pueden existir ya en nuestra región aún sin detectar.
Aunque el mayor peligro y molestias directas serán para los vecinos de Teatinos, la Tenderina y barrios inmediatos, desde allí se convertirá en un zona de colonización del resto de la ciudad, así que afectará a todos.
Esperemos que, si desde el Ayuntamiento no son capaces de entender estas sencillas consideraciones, en estos momentos de cambio climático, para que no se propicie la propagación de distintas especies de mosquitos peligrosos, de reciente aparición y desconocidos hasta ahora, que las asociaciones de vecinos de los barrios más próximos a esta descabellada ocurrencia de instalar un lago en la ciudad de Oviedo formulen las alegaciones oportunas y consigan proteger la salud y tranquilidad de los vecinos.
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