La muerte del compañero
En 1986 descubrí que no era lo mismo "camarada" que "compañero". Iniciaba yo mi estancia en la casa socialista a la que pertenezco desde hace ya 32 años. No soy consciente de cuándo ha pasado a mejor vida el "compañerismo" dentro del PSOE, en mi partido, en mi casa. Sí soy consciente en este 2018 que el "compañero" ha muerto. Muchos de los actuales militantes del PSOE avilesino no son mis "compañeros". Militan y participan pocos, tienen el carnet muchos y muchas que desconocen cuál es el fondo, el sentimiento y el valor del venerable "compañero". Al estar de cuerpo presente el "compañero" al haber desaparecido los valores socialistas y la convivencia en la casa de la izquierda, las agrupaciones, Avilés es un ejemplo, caen en el poder de las familias. Muchos lectores estarán pensando en familias políticas, que también, aunque esto no es de ahora. Me refiero a familias, auténticas y reales familias, desde padres, madres, hijos, hijas, tíos, tías, sobrinos, sobrinas, abuelos y abuelas, todo vale, todo suma. La familia ha enterrado al "compañero". Esas familias, no pocas, más jóvenes sin experiencia en el arte de vivir, como bien sabía Aristóteles y el eterno poder en la sombra de las antiguas cúpulas, hace que sea imposible hacer política, política de verdad, la que ha de organizar nuestra polis, nuestra sociedad, en esta agrupación y por lo que sé también en otras muchas.
La oposición interna ha nacido para buscar su lugar en la agrupación, quiere su tanto por ciento en sillas y sillones, poco les interesa confrontar, en aras de una etérea responsabilidad, para demostrar, para dejar patente su lucha por devolver a la agrupación avilesina y a nuestra ciudad esperanzas e ilusiones perdidas, maneras distintas de trabajar y organizar la política local. No hay, no existe alternativa a Mariví Monteserín simplemente porque la oposición avilesina socialista nunca se ha planteado en serio y con rigor ser tal oposición, ejercer con responsabilidad, con verdadero socialismo, el derecho y el deber de exigir el cumplimiento no sólo de programas y proyectos, también nuestro derecho a que se respete nuestro trabajo de militancia. Lanzar esta crítica al conjunto de la ciudadanía excusará a muchos a acusarme de la misma falta de "compañerismo". Pocos lugares quedan ya dentro de nuestros partidos políticos donde la labor del militante no quede constreñida a trabajar en campañas electorales que sólo sirven para hacer el trabajo, laborioso y oscuro, a las élites divinas. Ha vencido la endogamia interna, que suele engendrar hijos tontos y ha logrado enterrar al "compañero".
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo