Impuesto al diésel: ¡no nos tome por idiotas!

Sr. Presidente del Gobierno: ¡no nos tome por idiotas! Los españoles, afortunadamente, hace tiempo que salimos del ostracismo. La mayoría somos ciudadanos estudiados, con carreras universitarias u otros estudios que, al fin y al cabo, nos han ayudado a ir forjando cada uno nuestra propia personalidad, que nos han servido para desarrollar criterios, fortalecer opiniones y creencias. Y escuche una cosa Sr. Presidente: yo no creo en usted. Y no creo en usted porque es igual que los Presidentes del Gobierno Español que le han precedido: un mentiroso. Sí, un mentiroso con mayúsculas. Es que sinó no se puede entender que pretenda vendernos el futuro impuesto al diésel (gasóleo) como un impuesto para paliar la consecuencias nocivas que éste acarrea al medio ambiente. Salvo que sea usted tonto, que no lo es. Pero nosotros tampoco somos tontos o, como le digo en el encabezado, no somos idiotas ni nos gusta que nos tomen por tales.

Cualquier profesor de bachillerato de ciencias, y no digamos ya un profesor de ingeniería química (le remito a Eugenio Fernández, profesor de ingeniería química de la USC para que lea la entrevista que el diario "El Progreso de Lugo" publicó el día 9 de septiembre), le podría explicar que, desde el punto de vista ambiental, no hay diferencia sustancial entre los elementos contaminantes del gasóleo y la gasolina, sobre todo a partir de la normativa europea aprobada en 2005, la Euro4, que obliga a los motores diésel nuevos a reducir contaminantes. Estos vehículos emiten menos gramos de CO2 por kilómetro que los motores de gasolina. Yo compré un vehículo diesel hace justamente una año y, ahora, todos los diésel nuevos vienen con un depósito para inyectar Adblue, que no sé si sabe usted lo que es, pero puede preguntarle a su Ministro de Ciencia y Universidades, que supongo que para llegar a ser atronauta y Ministro de la cosa se habrá tenido que empapar antes de toda la física y química del mundo, y sabrá para que sirve. ¿Es que ustedes no hablan en el Consejo de Ministros de estas cosas? Me extraña que el Sr. Pedro Duque no le haya aconsejado que no pusiese como disculpa para el venidero impuesto la cuestión medioambiental. ¿Tiene usted el enemigo en casa?

Cuando hablo de este tema (u otros que usted se ha encargado de sacar a la palestra) con la gente normal y corriente, ésta me dice: ¡este tío es tonto! Y yo les respondo: ¿tonto?, ¡es más listo que un gitano! Ha llegado a la Presidencia del Gobierno de España engañando a toda la bancada opositora al PP (incluyendo a Podemos) y se ha encargado de asegurarse un buen sueldo de por vida con una ínfima representación parlamentaria. Sí señor, usted se aseguró su porvenir con este cambalache, pero ¿y el porvenir de los ciudadanos a los que usted representa, qué? Además tambien se ha encargado rápidamente (no vaya a ser que no dure en el puesto el canto de un duro) de colocar a su mujer para que cotice al alza. ¿Tonto? ¡Ja!, tontos nosotros que todavía no nos hemos echado a la calle, pero espero que todo llegue. No se le puede seguir dejando que pegue palos de ciego y dilapide lo que tanto sacrificio ha costado a todos los españoles (aquí sí, sin excluir a ninguno): salir de la crisis.

Pues bien, todo indica que usted nos quiere meter en otra crisis con el impuesto al diésel. Vuelvo a insistir en lo señalado al final del segundo párrafo: ¿usted y sus ministros y ministras se han parado a pensar en las consecuencias de esta medida? ¿usted conoce la posición relevante que tiene España como productora de vehículos diésel y sus motores? Yo le informo medianamente: la industria emplea a cerca de 40.000 trabajadores y cuenta con 17 grandes fábricas de las que salen al año 1,2 millones de vehículos diésel. Pues esto es lo que se va usted a cargar como no recule. Pero también se va a cargar la ya pobre economía del común de los ciudadanos (cuando ya el sueldo medio de los mismos es de los más bajos de la CEE), porque esta medida acarreará la subida del transporte de mercancías y de viajeros. Es decir, subirá la leche, el pan, la fruta, los cereales, el aceite, la carne, el pescado, los desplazamientos... y sólo le señalo los alimentos básicos, porque lo que va a subir es ¡todo!

En fin, usted sabrá lo que hace, pero si realmente lleva a cabo lo que ha anunciado es que no tiene ganas de repetir como Presidente del Gobierno. ¿O realmente piensa que podría refrendar en las urnas otra vez el cargo? Claro que no lo cree. Ya he señalado más arriba que usted no es tonto. Pero sí es un irresponsable, por no decirle lo que le dijo usted a Rajoy en aque duelo a dos bandas antes de las elecciones, que eso sí que sería un insulto gordo y que no se merece. Pero es que no sé si se ha dado cuenta que lo que usted pretende hacer es, ni más ni menos, que prevaricar (llevar a cabo acciones a sabiendas de que son nefastas para la comunidad). Dele otra vuelta y pienséselo otra vez, o las veces que hagan falta, y desista de esta medida. No le pasará factura, todo lo contrario. El pueblo liso y llano, el obrero (ese personaje que todavía forma parte del nombre de su partido) se lo agradecerá.

Suyo afectísimo.

Nota: He sido profesor de Enseñanza Secundaria en un centro público al servicio de SM El Rey durante 33 años. He tenido alumnos que no querían estudiar y suspendían todas las asignaturas por segunda vez en un mismo curso, pero promocionaban igual por Ley (esa misma Ley que se encarga de que las tasas de promoción y titulación estén por encima del 85%). Siempre les he dicho lo mismo: hay que estudiar porque los papás no van a estar ahí toda la vida para sacaros las castañas del fuego; que para encontrar un trabajo tenían que estar estudiados. Y saben lo que me respondía todos y todas: que para que iban a estudiar si el día de mañana se iban a dedicar a la...(adivina, adivinanza). Traten de hacer respeteble la profesión que han elegido, por favor.