Cierre del Centro Riojano de Asturias
El pasado día 14 de este mes de septiembre, en asamblea extraordinaria debidamente convocada, se aprobó por unanimidad el cierre definitivo del Centro Riojano de Asturias.
Este centro comenzó a funcionar a finales de los años 90, siendo su primer presidente, el conocido periodista Eugenio de Rioja, que estuvo al frente de la asociación unos dos años, pasando posteriormente a presidirla Fernando Álvarez Ruiz de Viñaspre, que durante el tiempo que estuvo al frente dio un fuerte impulso en todos los sentidos a la asociación: aumento de asociados, excursiones a La Rioja y localidades de Asturias, comidas de hermandad, chuletada, “caparronada”, comienzo del mercado de Artesanos en la plaza de Trascorrales, etcétera.
Desde 2008 hasta el cierre presidió la asociación el que suscribe, procurando continuar la labor de sus antecesores, impulsando las distintas actividades que se venían desarrollando y ampliando otras, culturales, especialmente conferencias en la sede del centro de diversas personalidades tanto riojanas como asturianas, así como en el Club Prensa de LA NUEVA ESPAÑA, atrayendo a la asociación a personalidades como el gran filósofo don Gustavo Bueno, riojano de nacimiento, muy querido y admirado por todos. Se procuró realzar y dar empaque al Mercado de Artesanos de La Rioja y se tomó contacto, colaborando con otros centros singulares como Los amigos de los Quesos, La Casa de Palencia y especialmente con nuestros amigos del Centro Asturiano de Oviedo.
Si en general parecía que el Centro Riojano gozaba de buena salud y reconocimiento social, ¿a qué se ha debido su cierre?
El cierre ha sido debido a diversas circunstancias, que han ido concurriendo en el tiempo: fallecimiento de socios, no renovación de nuevos, edades avanzadas en otros (entre ellos el que suscribe), y por qué no decirlo, falta de entusiasmo entre personas comprometidas con su Gobierno, y también quizá debido a los nuevos tiempos que han podido propiciar una falta de sintonía especialmente con la Administración de La Rioja.
No obstante, me siento dichoso de haber presidido este centro durante más de once años, y he cosechado muchos amigos, con los que pienso seguir compartiendo buenos momentos en los avatares de la vida, creo es normal, un poco alicaído y desanimadillo por tener que cerrar el mismo.
Quiero hacer constar un gran agradecimiento a todos los socios y muy especialmente a cinco personas con los que he mantenido total sintonía y recibido su apoyo incondicional: Conrado Escobar Las Eras, consejero del Gobierno de La Rioja; Alfredo Canteli Fernández, presidente del Centro Asturiano, siempre dispuesto a apoyarnos; Luis Javier del Valle, amigo personal y colaborador incansable en todos los eventos y, por último, la socia Modesta Martínez, por sus indispensables, trabajosos y desinteresados postres, y el socio Tomás Sanchís, persona amable, desinteresada, buen cocinero, encantado en colaborar, discreto, buen amigo y enemigo de las lisonjas, pero, lo siento, me sale del corazón mencionarte con todo cariño.
Como siempre, es doloroso decir adiós a una organización entrañable que durante muchos años no sólo ha mantenido el contacto entre riojanos afincados en Asturias, sino que ha procurado aumentar las relaciones entre las dos provincias, Asturias y La Rioja, con múltiples visitas a poblaciones y establecimientos tanto de una como de otra y relaciones personales de ambas regiones. Esperemos que el cierre del Centro Riojano no sea óbice para que continúen aumentando las relaciones de todo tipo. Como presidente durante varios años del Centro Riojano y afincado en Asturias me cabe el orgullo de asegurar que muchas personas de esta provincia les resulta familiar: la calle Laurel, las bodegas López Heredia, las Bilbaínas, Paternina, CVNE, Tomás Amutio y otras poblaciones como Haro (la zona de la Herradura) Santo Domingo y su catedral con su gallinero, Calahorra, Casalarreina, Tirgo y sus pimientos, el Museo del Vino de Briones, Logroño y su catedral La Redonda, El Santuario de Valvanera y los monasterios de Yuso y Suso (cuna del castellano) y tantos otros pueblos y lugares recorridos durante tantos años, que La Rioja se considera para muchos como un prolongación de Asturias.
Un abrazo a todos los socios y amigos y con los ojos vidriosos por contener las lágrimas que purgan por salir, me pongo a vuestra completa disposición.
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