Iberoamérica, un asunto pendiente
España y los países que forman una buena parte del continente americano tienen una historia común de siglos, trufada de fechorías imperialistas y también de gestos generosos por ambas partes. Tenemos una lengua común y una forma de ser y de actuar quijotesca, para lo bueno y para lo malo, ¿alguien se imagina a un anglosajón hablando como Chávez, por ejemplo? España no solo fue forzada a dar la independencia a aquellos países por la lucha de los libertadores, como Simón Bolívar, también porque los EE UU deseaban llenar nuestro hueco. El último episodio de esta competencia fue la guerra de 1898, donde USA se hizo con el control de Cuba y de Las Filipinas. Hace, pues, mas de un siglo que las relaciones entre España y los países de Latinoamérica no se basan en el hegemonismo ni en la opresión de unos sobre otros. Es mas, en el siglo XX se dieron muestras de generosidad, por ambas partes, que no deberíamos olvidar. Países como Argentina o Cuba recibieron decenas de miles de emigrantes españoles que buscaban una vida mejor. La mayoría nunca volvieron y sus hijos y sus nietos están integrados como ciudadanos de aquellas naciones hermanas. El presidente Cárdenas, de México, también recibió con los brazos abiertos a los exiliados republicanos españoles y hoy muchos de sus descendientes forman parte importante de la dirección política y empresarial de aquel país. Perón envió barcos cargados con trigo cuando, en los años 40, el hambre azotaba la España de la posguerra y el general Franco siempre mantuvo la amistad con Cuba, a pesar de las presiones de EE UU y de la diferencia ideológica, diametralmente opuesta, de ambos regímenes. Muchos jesuitas españoles dieron lo mejor de sí mismos en misiones americanas, con la cruz o con el fusil, cuando no había otra alternativa, como el comandante Gaspar García Laviana. Es una lista interminable de episodios que solo se pueden dar cuando existen lazos fraternales. Si España está azotada por la crisis, en muchos países de Iberoamérica los problemas son muchos mas graves. Hay penurias de todo tipo y no es nada fácil salir de ese pozo.
EE UU ha intervenido militarmente muchas veces en esas naciones. Antes de la revolución bolchevique de 1917 ya había actuado en mas de 100 ocasiones, con sus tropas, en Centroamérica, lo que desmonta la coartada de la "guerra fría". Mas recientemente son famosas las intervenciones USA en Bahía de Cochinos (Cuba), Santo Domingo, Granada, etc, también apoyando a regímenes sanguinarios en Nicaragua, Salvador, etc, o auspiciando y manteniendo golpistas criminales como sucedió en Chile, Argentina, Uruguay, etc. Hoy, entre muchas dificultades, está emergiendo una nueva América, con muchos errores, a veces con déficit democrático, que busca un lugar en el mundo y en la Historia, que se siente orgullosa de sí misma y que ya no va a consentir el yugo de ningún imperio. Aparecen organizaciones nuevas, como el ALBA, para coordinar las políticas y las economías y surgen nuevos líderes que tienen mucho por hacer. España tiene grandes intereses económicos en Iberoamérica, pero, entre hermanos, esa no puede ser la prioridad. La solidaridad, la colaboración y el entendimiento deben seguir siendo los mimbres de nuestra relación. Yo me acuerdo cuando el compositor y cantante argentino Alberto Cortez cantaba aquello de no me llames extranjero, por supuesto que yo no lo voy a hacer, tampoco con los cientos de miles de inmigrantes latinos que tenemos entre nosotros.
Las cumbres iberoamericanas que se celebran periódicamente no sirven para nada, incluso a la última que se celebró en Lisboa no han asistido ocho presidentes. En interés de todos es preciso dar un impulso a esta reunión y, en general, a las relaciones de todo tipo con Latinoamérica y Portugal. Juntos podemos tener mucho mas peso en la escena internacional (se podría reclamar un asiento permanente en el Consejo de Seguridad de la ONU, por ejemplo) y de la intensificación de los contactos emergería un fructífero clima de confianza. Las fricciones que estamos viendo estos días entre España y Venezuela son la prueba de que no se están haciendo bien las cosas.
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