El PP no quiere lobos en Asturias
Según publica LA NUEVA ESPAÑA del pasado viernes, día 5 del presente mes, el secretario general del PP y portavoz de Agricultura en la Junta, Luis Venta Cueli, asegura que en “Asturias hay más de 400 lobos y sobran la mitad”, es decir, para el político conservador nos sobran 200 lobos, que, según él, si su partido ganara las próximas elecciones, conseguiría reducirla a esa cifra simplemente aplicando el plan de gestión del lobo; un plan que hasta la fecha el PSOE no se ha atrevido a poner en práctica por la dura y fuerte oposición que los grupos ecologistas le han venido demostrando en la calle.
Según afirma Cueli en sus declaraciones a LA NUEVA ESPAÑA, “dicho plan contempla matar 32 ejemplares en dos años, aunque en la práctica no se llega ni a la mitad”, asegura Cueli. El PP considera insuficiente esa cifra, “teniendo en cuenta que cada año nacen sesenta nuevos, lo que arroja un saldo positivo anual de cuarenta lobos”.
Llama poderosamente la atención que un tema tan serio y de tanta trascendencia, económica y social, como lo es en estos momentos para la supervivencia de la ganadería asturiana la problemática del lobo, tan sólo le interese solucionarlo al PP. Cuando menos resulta bochornoso y vergonzante que el resto de los partidos políticos no tengan ni la valentía ni el coraje de pronunciarse públicamente sobre esta cuestión como lo hace Venta Cueli.
Mis ideales políticos están años luz de los del PP; pero en este caso concreto, no me queda más remedio que estar de acuerdo con el político conservador en que urge poner en marcha un plan de control del lobo que haga posible la supervivencia de la especie, dentro de unos límites razonables que no pongan en riesgo el grave desequilibrio de la población que ahora mismo estamos padeciendo.
Respecto a la no aplicación del plan para controlar el lobo, está claro que es más una cuestión de interés políticos, que no de aspectos técnicos. Al PSOE, que ha gobernado esta comunidad durante más de 30 años, y por lo tanto ha tenido tiempo más que suficiente para haber resuelto ya el problema, no le interesa hacerlo, pues prefiere las tibias quejas de los cada vez menos ganaderos que nos quedan que el enfrentarse a la reacción de los grupos ecologistas, ya que éstos, a diferencia de los ganaderos, tienen mucho más poder en los medios de comunicación y en la calle para manifestarse contra el Gobierno en caso de llevarse a efecto la reducción del lobo mediante el sacrificio del número de ejemplares que se contempla en dicho plan. El lobo, según los ecologistas, es junto con el oso, el urogallo, el jabalí, el rebeco, el venado y otras muchas especies salvajes más, uno de los grandes atractivos y reclamos que Asturias ofrece al turista; de ahí que la muerte de un lobo o de un oso tenga una repercusión mediática muy negativa de la imagen de Paraíso Natural que los asturianos vendemos en el exterior.
Desgraciadamente, hoy por hoy, sólo el PP parece estar del lado de los ganaderos en esta “guerra” abierta contra el lobo. Los socialistas, con la consejera de Medio Rural reprobada por la Junta General, en buena parte por no haber dado una solución al problema del lobo, prefieren agotar la legislatura, mirando para otro lado cada vez que en los medios de comunicación nos salen las desgarradoras imágenes de las fechorías que los cánidos ocasionan día tras día y en todos los rincones del Principado.
Por su parte, los chicos de Podemos tampoco quieren oír de sacrificar ni un solo lobo; los chicos de Pablo Iglesias incluso han llegado a criminalizar a los ganaderos de los Picos de Europa en las redes sociales, cuando hace unas fechas apareció una cabeza de lobo flotando en las piscinas municipales de Infiesto.
Algunos ganaderos, ante la impotencia y la desesperación en la que se encuentran sumidos, ya sólo piden que el lobo, al igual que ya hizo el jabalí, tome pronto las calles de Oviedo para ver si de esa forma quienes hasta ahora no han querido afrontar el tema con responsabilidad, cuando lo tengan a la puerta de sus viviendas tomen alguna decisión. Aunque para entonces ya será demasiado tarde para las gentes del medio rural asturiano.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo