El aborto, ofensa vital
Una vez más acudo a esta sección para manifestar mi más enérgica repulsa a la ley del aborto que ya tiene el camino libre para su entrada en vigor.
De nuevo elevo mi voz para decir a los abortistas, alto y claro, que el aborto no es ningún derecho, por más que se intente defender esta tesis, es un crimen horrendo. Además de rechazarlo la razón y la ley natural, también lo prohibe nuestra Constitución. ¡Con cuanta hipocresía se viola la ley de leyes!
El Estado y toda persona de bien deben de proteger y amar la vida. Lo que debería hacer el Gobierno que tenemos es ayudar a la mujer embarazada que por diversas razones no quiera tener ese hijo engendrado, creando centros de acogida, o utilizando los ya existentes, para hacer viable esa nueva vida. Podría decirles: "No podeís matar a vuestro hijo yo, Estado, os lo recojo, y cuando nazca lo cuidaré, bien educándolo, o bien, dándolo en adopción a tantos matrimonios que lo desean vivamente.
Desde otro punto de vista, el de Dios como dador de la vida, el aborto provocado es una ofensa, un pecado gravísimo por la malicia que encierra. El hombre en su desvarío y como un bicho malo y venenoso se revuelve contra Dios y con todo descaro y orgullo viene a decirle: "Yo como soy libre y tengo mis razones no quiero la nueva vida que has creado sinmi pemiso y por eso la mato". El aborto es una clara oposición a Dios, fuente de todo bien.
La ley se aprobó y se publicará, pero yo, como ciudadano español y en uso de mi libertad, replico y digo a taodos los que han gestado esta ley haciendo uso de las palabras que pronunció Juan Pablo Ii en su primer viaje a España:
"Nunca se puede legitimar la muerte de un inocente, es un crime nabominable".
Los que nos oponemos a esta barbaridad elevemos a Dios nuestras plegarias -de forma que sean un verdadero clamor- para que dé luces a los que esto admiten a fin de que vean claro su error y depongan su posición negativa nate la vida.
Eloy Álvarez Busto, Soto de Luiña
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