El rey de la tierra
Esta vez no era la misma equipación, no era el deportista, pero era él, la persona.
El amor que le profesa a su tierra, el rey de la tierra batida. Batida por la fuerza descomunal del agua, ahí estaba él, con la misma fuerza, garra y ganas de siempre, luchando hasta el final, como siempre nos tiene acostumbrados.
España tiene tanto que aprender de ti... Eres el espejo en el que tenemos que mirarnos para poder seguir, esa fuerza, esa unión y esa lucha constante ante la adversidad.
Maestro, gracias por la lección, ojalá llegue allí donde tanto se necesita.
Nuestra lengua común, el castellano, es muy rica, pero no alcanzan los adjetivos para describirte.
Sólo puedo decirte gracias, Rafa, gracias por tanto como nos das.
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