La regeneración de la Iglesia
En respuesta a lo publicado en este diario de LA NUEVA ESPAÑA el día 15 de los corrientes, cuyo autor es el amigo y distinguido filósofo parragueso, donde manifiesta su desacuerdo, sin fisuras, sobre mi escrito referido a la "Iglesia siempre reformada", deseo exponer unos pocos ejemplos que sirvan de argumento a mi alegato: Cipriano, obispo de Cartago, consideraba la participación activa de los fieles en la elección de los ministros de la Iglesia condición esencial para la validez de su cargo. Durante las reformas eclesiásticas iniciadas en el siglo XI en las que se impuso la obligatoriedad del celibato se dispensó de esta disciplina al clero de ciertas zonas rurales para que no quedaran las parroquias sin asistencia religiosa. Gregorio XVI y la Curia romana no se percataron de los signos de su tiempo pero sí el abate Lamennais. Gregorio XVI condenó la libertad de prensa, que consideraba la mayor de las aberraciones de su siglo. En el año 1832 publicó la bula "Mirari vos", en la que defendía la íntima e inseparable unión del trono y del altar.
Los signos de los tiempos los percibe el "sensus communis", están formulados de manera meridiana en el conjunto interconexo e indiviso de los derechos universales fundados en la naturaleza humana como nos recordó en la encíclica "Pacem in terris" Juan XXIII.
Ni el corpus doctrinal, ni las costumbres, ni los dogmas, ni las instituciones eclesiásticas son principios anquilosados e inamovibles. Su fundamentación reside en la Palabra revelada siempre actualizada y viva y en el fluir de la tradición, que ni son la mera repetición de la memoria de las palabras ni sólo principios de concordancia y de protección, sino también son principios carismáticos y proféticos para dar respuestas adecuadas a nuevas situaciones de la evolución humana con asistencia del Espíritu Santo para cada momento histórico.
Lejos de ser un delirio y una rémora incómoda, la Iglesia reformada es la expresión de su vitalidad y actualización. La impaciencia, querido amigo, será la de tu confusión.
José Ramón García Fernández
Ex capellán del HUCA
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