La Nueva España » Cartas de los lectores » La Cenicienta y otras pringadas

La Cenicienta y otras pringadas

22 de Octubre del 2018 - Paula Alvarez Tamés (Schwenksville (USA))

Estaba leyendo "La Cenicienta" a mi hija antes de irse a dormir cuando ésta me sorprendió gratamente con un interrogatorio al acabar el cuento. Con la curiosidad innata de los niños y ojos ávidos por respuestas, me preguntó: ¿y qué pasó después?, ¿qué hizo la Cenicienta?, ¿qué estudió?, ¿en qué trabajó?, ¿el príncipe sabía cocinar?... En fin, me quedé un poco desconcertada, ya que todos los cuentos terminan con un "colorín colorado..." y nunca nadie me lo había cuestionado. Esta vez la fórmula facilona de terminar el cuento no funcionó, la niña quería saber cómo había transcurrido la vida de la Cenicienta y qué hizo para ser tan feliz. Después de titubear un poco, yo misma me sorprendí cuando de mi boca salieron estas palabras: "No hizo nada, nunca trabajó, nunca luchó por nada, nunca quiso ser nada más que una pringada...".

Inmediatamente me vinieron a la cabeza todas aquellas tonterías con las que nos bombardean sobre los traumas infantiles y demás pamplinas para hacernos sentir culpables por todo. Pero no, ni me pareció que mis palabras iban a traumatizar a nadie ni me sentí culpable. La Cenicienta fue una auténtica huevona, una pringada, víctima de una sociedad machista. La Cenicienta es el cuento de muchas mujeres de mi generación, pero cuyo final no se escribe con un "y vivieron felices...". Mujeres que se casaron con un príncipe -que después se convirtió en rana-, tuvieron hijos, se mataron por cuidar a los demás y descuidaron o abandonaron por completo su desarrollo profesional. Mujeres que optaron por callar, por bajar la cabeza y vivir "en paz". Mujeres que como la Cenicienta nunca se rebelaron, nunca pelearon por lo que era suyo y esperaron pacientes y sumisas a que llegara un "príncipe" a sacarles las castañas del fuego. La Cenicienta, Blancanieves, La Bella Durmiente y todas esas pringadas son un pésimo ejemplo para nuestras hijas. Ya es hora de que acabemos estos cuentos relatando cómo la Cenicienta decidió estudiar Derecho y fue una famosa abogada que redactó varias leyes para proteger a los huérfanos del Reino. O cómo Blancanieves se especializó en Bioquímica y consagró su vida a investigar las malformaciones genéticas. La verdad es que a estas alturas de la fiesta me parece increíble que el mensaje que transmitamos a nuestras hijas sea que ser una princesa, cuyo único mérito es conseguir un príncipe, sea un logro. A mí me gustan las princesas como doña Letizia, formadas, trabajadoras, luchadoras y con suficiente personalidad como para quitarle la palabra a su marido cuando lo crean oportuno.

Las nuevas generaciones tienen todavía mucho camino por recorrer para conseguir la igualdad. No obstante, ver cómo a una niña de 6 años un final tan anodino como el de "La Cenicienta" le sabe a poco es señal de que algo se está haciendo bien.

Cartas

Número de cartas: 45537

Número de cartas en Junio: 164

Tribunas

Número de tribunas: 2066

Número de tribunas en Junio: 9

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador