Ley de dependencia, residencias de ancianos y pensiones
Estas tres patas de nuestro estado de bienestar (con la sanidad y educación) son los pilares esenciales que marcarán la dignidad de nuestra existencia, honrar la vida con nuestro compromiso y responsabilidad para con nosotros mismos y la sociedad. Son prioridades ineludibles que todos deberíamos defender a muerte, ya que la gran mayoría seremos usuarios y beneficiarios cuando llegue la edad o qué las circunstancias lo requieran.
¡Pero no! Vemos cómo no luchamos por unas pensiones dignas, solo lo hacen los mayores (cómo si los jóvenes lo fuerais a ser para toda la vida) que decir de la Ley de dependencia, donde nosotros o algún familiar necesitará de más que una mano para sobrellevar los avatares de enfermedades y discapacidades. Lo mismo ocurre con las residencias de ancianos, dejadas de la mano de nuestras administraciones, cualquiera puede hacer negocio con nuestros ancianos y tenerlos poco menos qué cómo un producto y medio de vida en manos de cualquier desalmado o desalmada.
Me repito mucho sobre éstos temas, no hace falta que nadie me lo cuente, lo que se vive en la mayoría de residencias, sobre todo privadas, por desgracia un tío de mi mujer, él, quiso por su voluntad encarcelarse en una de estas anacrónicas residencias. Pronto cambiamos (por la desatención) de una para otra, alguna repitió porque le decían que era la mejor de Asturias, si esa era la mejor ¿cómo sería la peor? No hace falta repetir lo que allí veíamos porqué lo he relatado en otros momentos, de ahí ese rifirrafe con algunas señoras que querían hacerme comulgar con ruedas de molino y convencerme que los papás y mamás mejor 'cuidadas' en esos cementerios vivientes que en casa rodeados de familia. Ya decía que, no hacía falta que nadie me lo cuente, pero un programa este miércoles de Chicote me hizo volver a pedir a las administraciones que hagan el favor de poner inspectores suficientes, que aleatoriamente y sin previo aviso revisen las condiciones de: cuidado en general, sanidad, limpieza, medicación, comida e instalaciones apropiadas. Los ancianos y enfermos son la parte más vulnerable de esta sociedad, debemos ser contundentes y penas duras para quienes cómo pudimos comprobar en el programa incumplen hasta lo más básico: comida decente y suficiente, y las dietas adecuadas a cada anciano.
Es cierto que, luego pudimos comprobar un ejemplo en Extremadura de una residencia pública donde todos eran dependientes, donde la pulcritud, delicadeza y excelencia que allí se respiraba nada que ver comparado con las otras que todos conocemos. Este sería el ejemplo a seguir.
Es un tema muy serio, así como el denunciar la dejadez de nuestra sanidad donde las listas de espera son de verdadero escándalo en algunas especialidades, pero si acudes a su consulta privada, te cuela cómo si se evaporarán listas, trabas, impedimentos y los responsables que debieran vigilar que esto no ocurriera, puro negocio con la enfermedad ¿aquí los innumerables sindicatos sanitarios, nada tienen que aportar, decir y denunciar? No vale decir, usted que lo sabe denuncie, todos lo sabemos, todos los usamos cuando vemos que el familiar tiene que esperar un año para que le miren su dolencia ¿Quién permite desde la dirección y recepción del Hospital que estos cueles estén a la orden del día? -Estamos tirando piedras sobre nuestro propio tejado ¡Seremos imbéciles!
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