A propósito del comandante Mata
Para el periodista señor Gracia Noriega. Muy señor mío, nuevamente se me refresca la memoria al leer su reportaje sobre el «Siniestro» Comandante Mata, pues parece que usted no leyó el escrito que en cierta ocasión fue publicado en este periódico y rubricado con mi firma donde detallaba con pelos y señales su actuación allá sobre mediados de la década de los cuarenta, su actuación «gloriosa» en el Bar de «La Chata» de Marcenado (Siero), quien elegantemente vestido se presentó en el mismo reclamando la suma de treinta mil pesetas que como día mercado habían sido extraídas por el dueño del mismo llamado Ángel Villanueva, tratante de profesión, y de cuyo conocimiento tenía noticia, y encontrándose con la sorpresa de que en aquel momento se hallaba en el mismo una pareja de la Guardia Civil de servicio de carretera, por lo que su primera reacción fue la extracción de debajo de su gabardina de una metralleta (no pistolón) lanzando una ráfaga sobre uno de los guardias llamado Francisco Holgado Sanz, quien quedó fulminado en en el acto; su compañero Benedicto Alfaro López saltó el mostrador y por una escalera de frente subió a ocultarse en el piso superior, y al que todavía alcanzó un tiro en una pierna.
En esta demostración también fue alcanzado un paisano llamado «El Alpargatu», que falleció en el acto y que se encontraba con otros paisanos jugando una partida en una mesa del bar, y con ello se colgó dos medallas como premio a su actuación de «guerrillero».
Este testimonio vivido por el que suscribe que formaba parte de la plantilla de Pola de Siero, y que como compañero del fallecido se vio plenamente afectado, sobre todo en el turno de vela a su cadáver en la sala de armas del cuartel, más teniendo en cuenta los muertos vistos en su paso movilizado por ambos bandos en la pasada Guerra Civil, por lo que sólo pide a Dios paz y convivencia para todos los ciudadanos.
Y al señor Gracia Noriega pedirle que busque otros argumentos para cubrir sus reportajes y procure remover viejas cenizas.
Ángel González Fernández, Oviedo
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