Si trabajas, no estudies
Las pruebas de certificación de los diferentes niveles de una lengua extranjera que se realizan en las Escuelas Oficiales de Idiomas constan de dos bloques. El primero incluye tres exámenes correspondientes a la comprensión oral y escrita y a la expresión escrita y se realizan en una convocatoria única fijada con suficiente antelación. El segundo bloque consiste en evaluar de forma individual la expresión oral y para ello se establece un calendario de días y horas que se publica unos días antes del comienzo de las pruebas y se da opción a solicitar un cambio de fecha, cuando exista una causa justificada para ello, siempre que sea dentro de los días y horas establecidos para cada nivel.
Como aspirante en las pruebas de certificación de Inglés nivel C1 y a pesar de haber superado todas las pruebas del primer bloque, no he tenido la oportunidad de presentarme al examen sobre la expresión oral, ni en la convocatoria de junio ni en la de setiembre, porque no se admitió como causa justificada para solicitar un cambio de fecha los motivos laborales que había alegado. Estos motivos no obedecían a conveniencias o intereses de tipo personal sino a responsabilidades directas e intransferibles contraídas en el ámbito de mi actividad profesional y cuya desatención afectaría a muchas personas y al propio funcionamiento de mi centro de trabajo.
Esta falta de interés que muestran las Escuelas Oficiales de Idiomas en facilitar la conciliación entre el trabajo y los estudios es manifiestamente incompatible con el objetivo estratégico de la UE, en el ámbito de la educación, de hacer realidad el aprendizaje permanente y la movilidad de los ciudadanos en respuesta a las demandas de un mundo globalizado y al desarrollo económico vinculado al conocimiento. Además, esta discordancia adquiere especial relevancia por tratarse de una enseñanza dirigida, por lo general, a personas adultas y en la que se aborda al aprendizaje de las lenguas extranjeras, aspecto de creciente importancia en el mundo laboral actual.
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