Cutre cum laude
La cosa no tiene un pase. Por más que los periodistas orgánicos y las termitas soldado del PSOE intenten tapar con sus testuces de queratina los agujeros por donde irrumpe la verdad. Si al presunto doctor Sánchez, trabajando en un instituto, le descubren el pastel de la tesis poliplagiada, tendría que pedir el traslado e irse muy lejos porque, además del desprestigio con la consiguiente rechifla entre colegas, ¿con qué autoridad podría oponerse a que los alumnos le copien en los exámenes?
Sánchez plagió por activa, por pasiva y por perifrástica; combina en su tesis todas las figuras de plagio habidas y por haber. Un Kamasutra del plagio. Copiar dos veces el mismo párrafo en la misma página, ¿será acaso un caso de dislexia? Fundir los propios artículos en el corpus de la tesis, tiene razón Sánchez, no es "autoplagio"; es autofagia. Que los colegas con los que firmas trabajos formen parte del tribunal, es más que endogamia: si no llega a incesto, es por lo menos promiscuidad. Plagiar es grave; hacerlo de forma tan chusca e infantil resulta cómico; remite al cuento de los compañeros de pupitre: "De esta pregunta no sé más", escribe uno de los dos en su hoja de examen. "Yo tampoco", escribe el compañero en la suya.
La hipótesis más benigna para Sánchez es que sea solo el padre putativo del engendro. El que plagia roba dos veces: se apropia de lo ajeno y hace competencia desleal a los que redactan sus tesis laboriosa y honradamente. Y por supuesto, engaña: se reviste de una autoridad intelectual que no le corresponde. Hurto, trampa y embuste: no se puede plagiar una tesis sin ser tramposo y embustero. Quien obtiene el grado a través del plagio se convierte en doctor "deshonoris causa". Y ese deshonor alcanza a la universidad que confiere el grado y contamina toda la trayectoria del doctor plagiario.
Es deshonor para el Gobierno de España estar presidido por un pseudo doctor tramposo y embustero (manifiesta redundancia), que además alcanza la cima del cinismo cuando, desde la tribuna del Congreso (sin ser diputado), enuncia tan campante, como si no fuera con él: "hay países donde los ministros dimiten por haber plagiado la tesis". A este doctor presuntamente putativo lo ha llevado a la presidencia del Gobierno una Moción de Censura, con la misión de regenerar a España. No se dice si en la regeneración se aplicará el modelo andaluz (del PSOE), el venezolano (de Podemos), o el modelo Pujol, de los alzados catalanes (que además de golpistas, son ladrones).
"Bastante cutre", dice Iglesias en un raro arranque de sinceridad. Se queda corto. Lo de Sánchez, trampero mayor del Reino, es cutre cum laude.
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