El estado deplorable de los vestuarios del Centro Deportivo Juan Carlos Beiro de La Felguera
El pasado 5 de marzo de 2018 se registró en Oviedo la entrada de un escrito en la Administración del Principado de Asturias (Registro entrada número 2018010000013108) dirigido a la Dirección General de Deportes, en el que se trataba el tema de la suciedad, la dejadez y el abandono que presentan los vestuarios del Centro Deportivo Juan Carlos Beiro de Langreo. En él, respaldado por más de cuarenta firmantes con sus nombres, rúbricas y DNI, se exponía la lamentable situación en que se encuentran los vestuarios y duchas para los usuarios que acceden a ellos en horario de tardes, con toda la suciedad que se acumula a lo largo del día, ya que nadie revisa durante la jornada el estado o la limpieza del mismo.
Es normal que, sin perjuicio de reconocer que las instalaciones queden limpias al momento del cierre, con el volumen de usuarios que hacen uso y disfrute de ellas se acumule suciedad, y a buen seguro que cada uno de nosotros podríamos esforzarnos más porque todo permaneciera más limpio, pero eso nunca es excusa para que quien acceda a la instalación a las seis de la tarde lo haga en unas condiciones que rayan la insalubridad..., pelos, restos de meriendas, pañuelos de papel por el suelo o barro en días de lluvia, a eso sumamos duchas rotas que no se reparan, taquillas que no cierran, papeleras que rebosan, papel higiénico sin reponer, techos repletos de humedad o el agua de las duchas fría la mayoría de las veces.
De todos es sabido que este centro deportivo, aunque con unas oficinas y despachos muy grandes, se diseñó con unos vestuarios muy pequeños, los de cursillos infantiles claustrofóbicos, que obligan a los más pequeños a utilizar los vestuarios de adultos, nos cambiamos cual sardinas en lata, sin apenas espacio y para colmo en unas condiciones de higiene pésimas que no se deberían tolerar.
Por todo ello, el pasado 5 de marzo, cuarenta y tres usuarios pedimos a la Dirección General de Deportes que dado el volumen de usuarios que tiene el centro por las tardes, con varios cursillos de natación, el Club Natación de Langreo, hasta tres grupos de aguagym de más de quince personas cada uno, más todo el que hace uso de forma independiente, se revisara la limpieza y el estado de las instalaciones para garantizar a todos los que accedemos en horario de tarde encontrarlas en las mismas condiciones que el que lo hace en el momento de la apertura, sería lo justo, puesto que el precio de la entrada o del cursillo no se rebaja en horario vespertino por la falta de higiene a la que nos someten.
Lamentablemente no obtuvimos respuesta, siete meses después seguimos igual pero aún más desencantados de que nuestra Administración del Principado ni siquiera haya respondido a nuestra queja. Aquí el silencio administrativo no puede considerarse ni estimatorio ni desestimatorio, es simplemente “lamentable”. Lamentable porque cuarenta y tres ciudadanos instan a la Dirección General de Deportes a revisar la limpieza de una instalación masificada a lo largo de una jornada diaria de casi doce horas y sólo obtiene la callada por respuesta.
Pues nada, ¡a resignarse! Será que los ciudadanos de Langreo, al igual que nos resignamos a que se cerraran las piscinas de Pénjamo, igual que soportamos estoicamente aquellos veranos sin una piscina municipal de recreo al aire libre para nuestros pequeños, tendremos que convivir ahora con resignación con la suciedad, la dejadez y el abandono de los vestuarios y duchas del polideportivo Juan Carlos Beiro, porque la respuesta o la solución de nuestra administración ni está... ni se le espera.
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