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Urbiés, 35 horas de "independencia" y 4 de prórroga

30 de Octubre del 2018 - Alejandro González Lada (URBIÉS)

Urbiés, 28 de octubre de 2018, sin proclamación pública de independencia, el pueblo consigue desconectarse del Estado español, rompiendo el récord de un minuto de la Cataluña de Puigdemont.

Vivimos en el siglo XXI, al menos en lo referente a los impuestos y recibos que nos cobran, otra cosa será que los medios que asisten a la población rural sean propios de la misma época y acordes en cuantía a los servicios proporcionados.

No me vale la disculpa de que fue un temporal que azotó con gran virulencia al Principado de Asturias, porque semanas antes yo ya vi pronósticos meteorológicos que alertaban de la irrupción de una masa de aire frío procedente del Ártico, con lo cual a nadie debería pillar de improviso, y, por supuesto, tampoco me valen disculpas por parte de ninguna Administración, ni por supuesto de quienes proveen de energía a las poblaciones más apartadas de los núcleos urbanos. El occidente asturiano, Quirós, Teverga y, por supuesto, mi pueblo, Urbiés, en el valle de Turón, vieron cómo un temporal de otoño nos trasladaba a principios del siglo XX. No puedo hablar de lo que sucede en otros concejos porque no tengo información suficiente, pero viendo los problemas, yo creo que extrapolando los de mi pueblo podremos ver claramente qué sucede.

El invierno pasado causó grandes estragos cuando la nevada tardía hizo caer a las carreteras gran número de árboles; la dificultad de las quitanieves para acceder a las poblaciones rurales se vio incrementada por la gran cantidad de madera acumulada sobre los viales, lo cual aisló a miles de personas. Todos lo vimos, éramos conscientes de que con la retirada de los árboles caídos no finalizaba la tarea, porque la inclinación que presentaban los que libraron la tormenta hacía evidenciar el desenlace esperado. Sin embargo, yo, iluso de mí, era de los que pensaban que allá por junio o julio, cuando tocara desbrozar las carreteras, completarían la limpieza para eliminar los árboles que se sujetaban sobre líneas telefónicas y los que amenazaban con irse abajo sobre el cableado eléctrico. El resultado está ahí, pasó el verano y la jungla astur se mostró en su esplendor para sorpresa de vecinos y turistas, y ahí no acabó la historia, porque esos árboles que advertían de sus intenciones cumplieron con su amenaza y nos brindaron nuevamente el aislamiento. En pleno siglo XXI, 35 horas sin energía eléctrica, a las cuales habría que sumar otras cuatro tras recuperar el suministro, hasta las nueve de la noche del 29 de octubre. Por supuesto, habrá que agradecer a la empresa suministradora la gran labor, cobrando la energía a precio de oro, para dejarnos sin luz, sin calefacción, incomunicados, haciendo caso omiso a los avisos recibidos por el riesgo que presentaban postes y torres sobre las se cernían multitud de árboles. Ahora es la Administración la que toma cartas en el asunto para averiguar qué ocurre con el mantenimiento de las torres de alta tensión, que se caen con más facilidad que el rey emérito... ¿De verdad no nos toman el pelo? Se lo digo con conocimiento de causa, porque sé de un vecino que llamó repetidas veces para avisar de un poste eléctrico caído allá por marzo, sujetándose a duras penas por los cables, pero ahí sigue, ¿será para el próximo temporal?

Del servicio dispensado por el Ayuntamiento, poco más que añadir. Ignorando quién es el responsable de la cuadrilla que debía llevar a cabo la retirada de nieve sobre las carreteras que van al Colláu, La Xamonda, La Molinera, La Güeria (por citar los núcleos más próximos), me gustaría saber qué cabeza pensante dirige el grupo, porque si el día que vas hay árboles caídos y no puedes limpiar la carretera y das media vuelta, la lógica dicta que si vuelves al día siguiente con el mismo objetivo, lo mínimo que debes llevar contigo para poder completar la labor es una motosierra. Pero no, eso al parecer queda delegado para los vecinos de los pueblos afectados, a quienes no se les caen los anillos y que definitivamente son quienes tienen que lidiar con estas faenas una y otra vez.

Muchos se preguntarán a qué viene tal cabreo, y no creo que sea necesario explicar mucho más. Los recibos de alcantarillado, recogida de basura, suministro eléctrico, catastro, los pagamos religiosamente como cualquier vecino de Mieres, Oviedo o Gijón. Ahora comparemos los servicios que se proporcionan en una y otras poblaciones. No me cansaré nunca de repetirlo, el cacareo preelectoral de todas las formaciones políticas respecto a la necesidad de potenciar y mantener la población rural se traduce en buenas palabras y en el olvido más absoluto de sus gentes. Cuando se trata de esta cuestión tengo que decir claramente que me siento totalmente apolítico y "ultra-rural", ya está bien de promesas, proyectos y cuentos, ya no nos valen, ya vimos en qué acabó todo, ya vemos qué se está haciendo y es intolerable. ¿Se les ocurrió en alguna ocasión la posibilidad de bajar los impuestos a la gente que vive en los pueblos para tratar de recuperar la población? ¿Se les pasó por la cabeza, ya que no aportan las cuadrillas necesarias para realizar mantenimiento de caminos, carreteras, fuentes, etcétera, colaborar con maquinaria o pagar el combustible necesario para que el señor que trata de cortar los árboles que impiden el paso de camino al trabajo no tenga que sufrir quebranto económico por atender los deberes de la Administración?

No me vale que me digan que fue un temporal; temporal es su palabra, que dura lo que dura la campaña electoral. El temporal estaba previsto, los árboles se veían perfectamente porque estaban junto a las carreteras, sin embargo, no sólo no hicieron nada, sino que hicieron caso omiso a las advertencias de los vecinos, lo cual nos muestra a las claras la preocupación que supone para ustedes la escasa población que aún resiste en el medio rural. Desidia es una palabra excesivamente dulce para calificar lo que administraciones públicas y privadas hacen con la población rural, y dado que si uso las debidas sería incorrecto aunque justo, dejaré que el chiste de lo correcto y lo justo ilustre su imaginación, recordándoles que recientemente, cuando iba a tener lugar el III Trail nocturno de Turón, la primera preocupación de la Administración para poner trabas a la competición pasaba por la disculpa de los perjuicios que se ocasionaría a la fauna local... ¿hay más que añadir? Por supuesto, pero total, para el caso que nos van a hacer, prosigan.

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