La realidad rural en Siero
Me gustaría compartir con los lectores de este periódico una opinión acerca de una noticia publicada en prensa recientemente y que como vecino de Siero que soy me ha molestado profundamente. Titular: El consistorio de Siero invertirá 14.000 euros en la construcción de una zona de recreo para los perros en la zona de La Fresneda, más grande que la ya existente, y otra en los alrededores de la senda del Nora de la Pola.
Quiero dejar constancia de que soy amante de los animales, yo también tengo perro. Lo que me indigna y no comparto es que se vaya a invertir dinero público, que sale de los impuestos que yo también pago, en un proyecto para que los perros estén entretenidos y no molesten o muerdan a nadie.
Pues, oiga, métalos en el coche y llévelos al monte más cercano para que corran detrás de alguna liebre, que es lo que hago yo con mis hijos, cada vez que me piden que los lleve a algún sitio a jugar, puesto que en la parroquia donde vivimos no hay ni una triste cancha con dos porterías y dos canastas donde puedan reunirse con el resto de niños del pueblo para divertirse un rato. Sí, ya sé... mis hijos no muerden, los perros (algunos) sí... y para evitarlo existen en el mercado desde hace ya bastantes años bozales que, sobra comentar, son obligatorios por ley para depende qué razas.
Volviendo al tema de los hijos de la gente que vivimos en los humildes pueblos del concejo de Siero, lamentablemente seguirán sin zona de recreo puesto que
el Consistorio nos ha dicho, tras haberla reclamado, que no hay dinero para ello.
En conclusión, señor alcalde, ¿valen más para usted los perros de La Fresneda que los niños de los pueblos? Tocado.
Debo añadir también que esta misma humilde parroquia (al igual que otras muchas humildes parroquias del concejo) carece de agua sanitaria (contamos con agua de traída) a pesar de que según la Directiva 98/83/CE del consejo de 3 de noviembre de 1998 relativa a la calidad de las aguas destinadas al consumo humano deberíamos tenerla, y también carecemos de saneamiento a pesar de que según la Directiva 91/271/CEE se fijó la necesidad de depurar las aguas residuales urbanas en todos los municipios.
Y no vayan ustedes a pensar que estas humildes parroquias son aislados núcleos rurales en mitad de los bosques de las ninfas y los duendes, no, estamos hablando de poblaciones de más de 300 habitantes a escasos 5 kilómetros de Oviedo.
Por último, añadir que estas parroquias hemos reclamado incansablemente un servicio de limpieza de carreteras (tras 2 años sin limpiarse las intuimos más que verlas), lo que conlleva un serio peligro tanto para peatones como para vehículos.
Cómo no se va a indignar uno cuando lee noticias sobre inversiones en parques de recreo para perros aprobadas por el Consistorio.
Igual va a ser cierto eso que se dice de que a los políticos sólo les interesan los votos.
Mi penoso resumen es que, según el Consistorio, los niños de las pequeñas parroquias de Siero, que jueguen en casa, que a nadie le importa; las carreteras, que las limpien los vecinos, que para eso son terratenientes y los residuos sanitarios los meteremos en bolsitas de plástico y las tiraremos en el contenedor, igual que hacen los dueños de los perros de La Fresneda, en su mundo perfecto de carreteras limpias, aguas potables y parques de juegos. Hundido.
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