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El Club Bilderberg es una institución tenebrosa

9 de Noviembre del 2018 - Jaime Torner Gracia

El Club Bilderberg (CB) es una institución privada de carácter restringido, capaz de citar anual e itinerantemente a la élite político-económica mundial (unas 130 personas) con el fin de abordar los problemas políticos de actualidad y recomendar (¿o imponer?) soluciones favorables a sus intereses, como entidad supranacional de ámbito mundial.

El origen del CB se remonta al año 1954 (en plena “guerra fría”) cuando, a instancias del príncipe Bernardo de Holanda (consorte de la reina Juliana y persona vinculada a la masonería), se reunió en el Hotel Bilderberg de la ciudad holandesa de Arnhem. Desde entonces, el CB se ha reunido en diversos países, incluida España: concretamente fue en la Isla de La Toja (año 1989) y en Sitges (año 2010).

Según Manuel Guerra Gómez, sacerdote experto en temas de masonería, autor del libro “Masonería, Religión y Política” y de artículos al respecto (Infovaticana, 8-6-2018), el CB está constituido por tres círculos concéntricos de socios: el círculo interno corresponde al comité directivo (formado exclusivamente por socios masones permanentes), con capacidad ejecutiva para adoptar decisiones, basadas en la información obtenida de las personalidades invitadas por el comité asesor (del círculo intermedio), constituido por 24 delegados europeos y 15 de EE UU; finalmente, el círculo externo corresponde a afiliados permanentes recientes o invitados ocasionales, todos ciudadanos prestigiosos en el ámbito político, financiero o mediático, con (o sin) actividad oficial en los gobiernos de sus respectivos países, que acuden para informar sobre temas concretos durante las jornadas de cada convocatoria anual.

La elección de estos invitados se realiza en marzo de cada año, indicándose la sede del encuentro con escasos días de antelación y sólo permitiéndose el acceso a las reuniones al propio invitado, a quien se impone un juramento de confidencialidad puesto que el contenido del debate y sus conclusiones son secretas.

Según el padre Guerra, debido a ciertas filtraciones surgidas durante dichas reuniones (caso de la revista americana “Spotlight”), se ha constatado que el objetivo del CB es debilitar progresivamente las soberanías nacionales en favor de ciertas entidades oligárquicas supranacionales, pretendiendo implantar un “Nuevo Orden Mundial” mediante una precisa planificación. Según fuentes de internet, con ello se potenciaría una ideología globalizadora y mundialista de raíz masónica.

No obstante, oficialmente, el CB admite tratar exclusivamente temas sociopolíticos y económicos de actualidad internacional para luego comunicar las conclusiones a organismos internacionales (como el G-8 o el Foro Mundial de Economía, celebrado cada febrero en Davos). Son las dos caras de la moneda: la real y la oficial.

Incluso más, el padre Guerra describe que un ejemplo de cómo actúa el CB sería el acuerdo tomado en el encuentro de septiembre de 1975 (2 meses antes de la muerte de Franco) relativo a los pasos necesarios para facilitar la “transición democrática” en España. Dicho eso, me dan escalofríos al pensar en cómo repercutiría un acuerdo del CB tomado en sentido contrario (desestabilizar un país concreto, sea económica o políticamente).

En este sentido, varias fuentes de internet vinculan el CB al proceso secesionista de Catalunya, con el objetivo de instaurar en España un Estado federal supeditado a la UE (Unión Europea), convirtiendo a cada territorio federal español en un apéndice europeo.

Personalmente, siempre he abogado por una reforma de nuestra Constitución para lograr una España federal fuerte, que mantuviera su integridad y soberanía nacional intacta. Sin embargo, algo totalmente inaceptable sería si esta transformación fuera manipulada por ciertos “poderes fácticos” externos, con la censurable intención de convertirnos en simples marionetas de una oligarquía supranacional (europea o, incluso, universal).

Incluso más, según dichas fuentes, entre las personalidades invitadas a las reuniones del CB han acudido (discretamente) políticos españoles de primer nivel o representantes mediáticos y de la banca. ¿Con qué objetivo? Intuyo que sería para poder defender los intereses españoles; aunque, creo, la ciudadanía merece una explicación al respecto. Semejante escenario parece inducir en España el resurgimiento de una extrema derecha contraria a la UE, con un discurso radical considerado como patriótico por los 10.000 asistentes a su reciente convención de Madrid. En términos generales y prescindiendo del signo político de este discurso, entiendo que la ciudadanía rechaza ser manipulada políticamente y, menos aún, por un CB elitista extranjero, cuyas resoluciones podrían perjudicar a España.

A su vez, resulta sorprendente la posición de la Iglesia católica sobre este tema, ya que en la última reunión del CB celebrada en Turín (del 7 al 10-6-2018), el Papa Francisco mandó asistir como “invitado” al cardenal Parolín (secretario de Estado del Vaticano) ("Infovaticana", 8-6-2018). ¿Parece coherente dicha asistencia? Sinceramente, lo dudo.

En definitiva, el Club Bilderberg es una entidad creada durante la “guerra fría” que, según lo visto, no tiene justificación actual para subsistir debido a la plena opacidad en sus objetivos y medios para lograrlos: construir una nueva sociedad globalizada de tipo supranacional que utilice la Unión Europea como marco para favorecer una élite social, oculta en las tinieblas de la manipulación política y especulación económica o asociada a falsos filántropos y supuestos apóstoles de las democracias liberales, como el magnate George Soros ("ABC", 4-11-2018), quienes, mayormente, aspiran al propio beneficio.

Dicho eso, el CB sigue postulándose para alcanzar un mundo mejor, basado en el libre pensamiento y la fraternidad laica universal. ¿Contradicción inquietante? Obviamente lo es, motivo por el cual procedería desenmascarar sin demora esta tenebrosa institución.

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