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Consentir y desear (si es sí)

13 de Noviembre del 2018 - José Viñas García (Oviedo)

No soy capaz de distinguir entre consentir y desear cuando hablamos de relaciones entre sexos ¿Qué mueve a una mujer a consentir sin deseo? ¿Quizás interés económico, laboral o personal? Ya que de otra manera es impreciso decir que una relación es consentida pero no deseada. Ahora bien, si jugamos a fingir, ser frígidas, experimentar fantasías o ser promiscuas no vale luego arrepentirse de ser como somos.

Cosa bien diferente es "consentir" bajo presión o amenaza; y cuando eso sucede, no es consentimiento, es hacer algo coaccionada por miedo. Ya estamos hablando de delito.

No mezclemos términos, no tratemos de buscar asperezas en vez de limarlas. Los eufemismos están de moda, pero aun así, en temas de tanta seriedad, debemos ser claros, tampoco sirve eso de "si es sí, hasta que digamos no" si usted mantiene una relación sexual, en sus principios está consintiendo (deseando ya queda a su libre albedrío) cuando usted desee, si eso es lo que quieren decir, dice hasta aquí ¡claro que es no! Pero solo es no a partir de ese momento, no en sus comienzos. ¡No sé si me explico!

Ustedes "feministas misandrias" no ven que los hombres son personas cargadas de tanta bondad y maldad cómo ustedes, capaces de lo mejor y de lo peor ambos sexos. Si comprendemos esto, añadiendo que la gran mayoría de mujeres y hombres (90%) son buena gente, sobran estos aforismos de confusión con los que pretenden envolver toda relación personal entre hombres y mujeres que se desean y puedan llegar amarse. Para ello siempre hay una primera vez, una primera impresión y una primera presentación sin que medie por el medio ese miedo a entablar relaciones y conversaciones por temor a ser tomado por acosador con ojos saltones de deseo sexual. La atracción entre mujer y hombre para los heterosexuales, jamás debe ser considerada acoso como vemos pretenden estas esnobistas feministas rezumando androfobia por todos los costados.

Es tan difícil de interpretar que quienes acosan, violan o matan no cometen estos actos repulsivos y delictivos representando a los hombres, que solo es su responsabilidad a título muy personal e intransferible. ¿Cuándo la madrasta del Niño Gabriel lo mató, podemos hacer extensible esa maldad a las demás mujeres?

Me niego a que ustedes mujeres misandrias puedan aprovechar las muertes a manos de parejas para colocarme a mí y los demás hombres bajo sospecha permanente y que una sola llamada acusatoria de una mujer llevada por odios, celos o maldad pueda marcar fuego de por vida a cualquier hombre. La Ley no puede ser discriminatoria, debe basarse en pruebas, no en acusaciones sin más.

La mal llamada violencia de género es un problema tremendo, pero la solución no pasa por hacer culpables y señalar a todos los hombres: educación, educación y educación. Solo así llegaremos a reducir y no acabar con los energúmenos y energúmenas que siempre quedarán algunos.

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