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Aucalsa y la Guardia Civil

31 de Diciembre del 2008 - Ignacio Fernández Torres (Oviedo)

Quiero relatar a través de este espacio la experiencia vivida el pasado 22 de diciembre en la autopista AP66, conocida popularmente como autopista del Huerna.

Ocho horas y tres minutos de la mañana, kilómetro 96, dirección León, temperatura exterior: 10 grados bajo cero. Pierdo el control del coche a la salida de una curva impactando en un primer momento contra el guardarrail derecho y a continuación contra el guardarrail izquierdo. A consecuencia de los impactos, el coche queda en mitad de la calzada con daños frontales de gravedad y logro arrimarlo al arcén derecho. ¡Susto mayúsculo y suerte tremenda! Me podría haber matado, tanto si llego a pisar el freno como si en los 45 segundos posteriores hubiese pasado un vehículo por ese punto.

Ocho y seis minutos de la mañana. Llamo al 112 emergencias para que den parte urgente a Aucalsa (concesionaria de la Autopista AP 66). Me toman los datos, se interesan por mi estado de salud y me comunican que ya han trasladado en ese mismo momento la información a Aucalsa. Casi cuarenta minutos después, aparece en sentido contrario, un vehículo patrulla de la Guardia Civil seguido por un vehículo de Aucalsa. Poco después aparece en el punto donde yo me encuentro, solamente el coche de la Guardia Civil, con dos agentes. Uno de ellos se baja del vehículo y me pregunta qué ha pasado. Le contesto que he perdido el control del coche como consecuencia de una placa de hielo en la carretera. Procede a tomar fotografías y me conducen con mi vehículo a unos 3 Km a una zona de servicio, con el fin de no seguir generando peligro en la vía. A las nueve y diez de la mañana, sesenta y cinco minutos después del accidente, aparece por fin, un vehículo de Aucalsa con dos personas. Una de ellas se acerca a mi vehículo y me pregunta qué ha pasado. Le contesto lo mismo que a los agentes de la Guardia Civil. El empleado de Aucalsa esboza una sonrisa y a continuación se dirige al coche patrulla de la Guardia Civil para compartir esa información con los agentes. Después de un par de minutos, de nuevo se dirige a mí solicitándome los datos del vehículo para reclamarme los daños en los guardarraíles causados por los impactos. Como bien es sabido por todos, las carreteras consideradas de primer orden y con más razón las de peaje, deben mantenerse en perfecto estado para el tránsito de los vehículos, siendo responsabilidad, en este caso de la empresa concesionaria esta tarea, que entre otras cosas, debe asegurar que no existan placas de hielo en la calzada.

Preguntas que me hago después del relato de los hechos. ¿Cómo es posible que teniendo un accidente en una autopista de peaje, la guardia civil no aparezca hasta 40 minutos después? ¿Cómo es posible que estando en una autopista de peaje los servicios de asistencia de la misma tarden en llegar 65 minutos? ¿Por qué en los informes que elaboran se niegan a reflejar la hora de intervención? Sólo estas tres preguntas, coincidirán conmigo, sirven para poner en entredicho el principio de veracidad, de los agentes de la Guardia Civil que intervinieron en este siniestro, al cual nos tenemos que someter todos los ciudadanos. En el atestado no se refleja la existencia de hielo en la carretera ni que la velocidad no fuese la adecuada. Sí consta una temperatura de 10 grados bajo cero (por cierto, en el Kilómetro 106 de la misma vía y a la misma hora, había otro accidente por las mismas circunstancias). ¿ Puede más el evitar la responsabilidad de mantener la calzada en perfectas condiciones, que el poner en peligro la vida de las personas?. En ningún momento me preguntaron ni los agentes de la Guardia Civil ni los empleados de Aucalsa cual había sido el comportamiento del coche, su única preocupación era evitar por todos los medios la acreditación de hielo en la carretera para así evitar cualquier responsabilidad.

Quiero denunciar, no tengo rencor, lo único que tengo aún, es el susto en el cuerpo y la impotencia por la falta de diligencia de quienes tienen como principal objetivo velar por nuestra seguridad, todas las semanas tengo que pasar por la Autopista AP-66 por motivos laborables a partir del 22 de Diciembre no lo he vuelto a hacer, no quiero matarme . Dos últimos apuntes y una recomendación: En ningún momento ni los dos agentes de la Guardia Civil ni los dos operarios de Aucalsa me preguntaron si me encontraba bien. Un testigo del accidente con el que tuve oportunidad de hablar después de lo ocurrido, vio como mientras las Guardia Civil llegaba al lugar del acccidente, dos operarios de Aucalsa hacían labores de limpieza de la calzada en las inmediaciones del lugar del accidente. Además de llevar cadenas y un juego de luces de repuesto lleven también cámara de fotos.

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