Carta a mi querida Europa
Querida Europa, ¿estarás llegando a un nuevo punto de inflexión similar al que en el siglo pasado te llevó a dos terribles guerras?
En aquel tiempo los derechos sociales, los derechos laborables, los derechos de las mujeres y de las minorías eran inexistentes.
De aquella Europa surgiste tú, tratando de ser más justa y social. Donde el indefenso casi siempre encuentra cobijo.
Las gentes bajo tu ciudadanía tenemos opiniones contrapuestas sobre cómo resolver los problemas que nos acucian. Hay muchas cosas que nos separan, pero una infinidad que nos unen. Nos une el sentimiento de que es posible vivir en una sociedad donde se respeta a los otros, donde defendemos nuestras ideas en los espacios que compartimos.
La persona que tenemos al lado puede tener ideas completamente diferentes a las nuestras, pero nos unen unos valores europeos, basados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Tú sabes que las normas que nos dimos son las que nos impiden caer en la barbarie. Creo firmemente en que tu Justicia va a dar la talla en este momento histórico.
La extrema derecha está ocupando cada vez más espacio en tus congresos y parlamentos y los demás partidos deberían preguntarse por qué ha ocurrido esto. Pero a sus vez las personas que forman estos nuevos radicalismos tendrán que decidir si quieren jugar en el marco de tus valores y defender sus ideas sin destruir la convivencia.
Ya hay una extrema derecha europea, como la francesa, que rechaza frontalmente posicionamientos antidemocráticos y machistas, como las de algunos presidentes del continente americano.
Entonces, ¿qué espero yo de ti, mi querida Europa?
Espero que des una respuesta contundente cuando alguien decida romper esos valores. Ni un paso atrás porque las acciones antidemocráticas no son tolerables. Que dejes claro a esta nueva derecha nacionalista que quiere gobernarnos que la senda de países como Hungría y Polonia es inaceptable.
Dentro de Europa todo, fuera de Europa nada.
¿Y qué esperas tú de mí?
Imagino que esperas que sea fiel a esos valores, que viva acorde a ellos, que mire al prójimo a través de ese prisma, que defienda mis ideas de forma democrática y que busque ante todo la convivencia.
Que el deseo de que estés en paz, esa paz tan anhelada por millones de personas que sufrieron el horror, sea una realidad perdurable.
Tu paz, Europa, es la paz de los pueblos de Europa.
Un abrazo a todas las personas que están dispuestas a defender sus ideas en los congresos y parlamentos, en los espacios ciudadanos, en las comunidades de vecinos, en las calles de forma no violenta, en los colegios y universidades, en donde nos encontremos. Intentando lograr el apoyo del pueblo y no por encima de él. Abrazo también a aquellos que quieran romper Europa con el odio, pero me opondré frontalmente a sus acciones, y espero que en esa oposición seamos mayoría.
Firmado: Otro alumno del programa Erasmus, asturiano, español y europeo.
P.D. No quería dejar pasar la oportunidad de hacer las siguientes propuestas: una unidad fiscal que acabe con las desigualdades y la vergüenza de los paraísos fiscales; un Ministerio de Exteriores con una sola voz; un ejército europeo formado por militares de las distintas Fuerzas Armadas; una guardia europea de fronteras basada en una política migratoria común que asuma las competencias nacionales; un equilibrio en el reparto de fuerzas entre los ejes de los países del norte y del sur de Europa para que juntos hagamos una Europa más grande de lo que podamos imaginar.
¿Y tus propuestas, cuáles son?
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