Tiempos confusos
Vivimos tiempos confusos de contubernios entre la luz y la oscuridad. Tiempos en que algunos culpan a su sombra de que les dé la luz. Tiempos peligrosos como los de hace siglos, cuando los hacedores de hogueras quemaban a la gente que se atrevía a decir que la estrella Sol no giraba alrededor del planeta Tierra. Previamente les ponían un capirote y una etiqueta. Para ellos, era evidente que el Sol giraba entorno a la Tierra desde el amanecer al atardecer (como pueden comprobar ustedes todos los días si no van más allá de lo evidente).
La ministra dice que «no estamos en un régimen comunista para intervenir en la empresa». Mal argumento, cuando los mayores productores de aluminio sí lo son. Quizá Europa debería establecer un consorcio de clientes del aluminio que comprara las fábricas de Asturias y Galicia (por un módico precio, ya que las quieren cerrar). Luego ponerlas a producir para ellos manteniendo en sus ocupaciones a sus empleados. El Estado contribuiría con ayudas a dichos empleados para mejorar su competitividad, pero nunca a la empresa directamente como hasta ahora. No porque seamos comunistas, sino como liberales defendiendo la libertad individual de esos europeos y la libertad e independencia de Europa. Comprar fuera de Europa aluminio empobrecería a Europa, y más aún si los productos del aluminio también acabasen por comprarse fuera, y por idénticos motivos. Europa peligra porque todo se hace mal desde 2008, alerta George Soros (a quien creyentes en contubernios judeo-masónicos le ponen capirote y etiquetas) y lo hace en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores celebrado en París el 29 de mayo de 2018: «Europa se enfrenta a tres problemas urgentes: la crisis de refugiados; desintegraciones territoriales como el Brexit; y la política de austeridad que ha obstaculizado el desarrollo económico de Europa».
La política de austeridad «adoptó un programa de ajuste fiscal que condujo a la crisis del euro y transformó la zona euro en una relación entre acreedores y deudores, donde los acreedores establecieron las condiciones que los deudores tenían que cumplir (...) Como resultado, muchos jóvenes hoy en día consideran a la Unión Europea un enemigo que les ha privado de puestos de trabajo y de un futuro seguro y prometedor. Los políticos populistas explotaron tal resentimiento y formaron partidos y movimientos anti-europeos». Lo que trajo nacionalismos separatistas y populismos que justifican destruir antes que construir. Destruir la buena sombra de la Unión Europea con nacionalismo o la armonía constitucional dentro de sus estados. Por otra parte, Soros y su 'Open Society Foundations', saben que la crisis de refugiados exige un «fortalecimiento de los regímenes democráticos en el mundo en desarrollo» y no financiar a Estados como barreras.
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