Cazar a un precio asumible

Querer resumir la compleja situación de la caza en Asturias es difícil, pero de ahí a decir que los cazadores no quieren pagar daños y cazar gratis es cuando menos una opinión muy osada hecha desde el desconocimiento de la realidad cinegética de Asturias y con una mentalidad únicamente critica al colectivo de los cazadores.

Las sociedades de cazadores «gestionan» los cotos regionales mediante una concesión administrativa que concede la Consejería de Medio Rural y Pesca por un período de cinco años prorrogables otros cinco más si se cumplen las condiciones de la concesión. En la misma las sociedades quedan obligadas a hacer frente a los daños ocasionados por la fauna salvaje, a contratar un número determinado de guardas en función a la extensión del coto, pagar un canon anual, confeccionar un Plan Técnico de Caza y cumplirlo, presentar un plan de aprovechamiento anual, el cual deberá ser aprobado por la Administración y regirse por la Disposición General de Vedas que se publica todos los años con las modificaciones que la Administración considera oportunas reflejando en la misma las fechas, especies y normas que se deberán cumplir en el desarrollo de las cacerías quedando únicamente a la gestión de las sociedades el apartado referente a los socios y la distribución de las cacerías que ha aprobado la Administración.

Las sociedades están por tanto obligadas al pago de las nóminas de los guardas, daños en agricultura, siniestros en la carreteras, gastos administrativos y cazar donde, cuando y como le autorice la Administración.

La Administración tiene destinadas a cotos regionales 700.000 hectáreas del millón que abarca todo el Principado de Asturias y cada vez cede más terreno a las sociedades porque así se exime de la obligación de pagar daños y del coste de la gestión quedando a su arbitraje las normas a seguir en cada momento y con la opción de poder revocar una concesión si lo considera oportuno bien por dejadez en la gestión o por razones de interés publico.

Los cazadores desarrollan su actividad en el medio natural que es el hábitat de las especies salvajes, al igual que los montañeros, senderistas, ciclistas que practican mountain bike, ecologistas, naturistas y un amplio etcétera de personas que aman la naturaleza si bien los únicos que pagan por ir al monte son los cazadores, los cuales deben estar en posesión de un permiso de caza, una licencia de armas, un seguro de cazador, ser socio de un coto y pagar la cuota para que las sociedades paguen los daños que ocasionan las especies cinegéticas.

Los cazadores aportan directamente a la Administración el canon cinegético correspondiente que asciende a 0,30 céntimos por hectárea, lo que suponen 210.000 euros anuales más el importe correspondiente a las licencias de caza que para el año 2010 está fijado en 28,90 euros por unos 13.000 cazadores que hay en Asturias rondaría los 375.000 euros siendo el total de cuota directas de 585.000 euros.

La Consejería de Medio Rural y Pesca aprobó una convocatoria de subvenciones en el año 2009 destinada a asociaciones y federaciones de caza y pesca por un importe total de 272.210 euros destinados a seis apartados, siendo uno de ellos los daños producidos por especies salvajes y otro para subvencionar el coste del seguro del coto teniendo que justificar el pago de los mismos y el cumplimiento de la concesión, como ejemplo para un coto que justificó 42.000 euros de gastos le concedieron una subvención de 5.200 euros.

El colectivo de cazadores asciende a unas 13.000 personas, en el mismo se encuentran representados personas de todos los ámbitos, ganaderos, asalariados, autónomos, empresarios, etcétera, ante tal número de miembros se pueden dar muchas casuísticas, por lo que no negamos que haya un porcentaje pequeño de desaprensivos que disparen a todo lo que se mueve y utilicen cualquier recurso, pero de ahí a meter a todos los cazadores en el mismo saco dista bastante, un ejemplo sería decir que todos los universitarios copian en los exámenes porque haya un grupo que sí lo haga, por lo general los cazadores se preocupan por la caza para que se pueda seguir cazando año tras año guardando un equilibrio y no acabar con todo.

Durante la temporada de 2008-2009 se abatieron en Asturias unos 9.000 jabalíes, si no se cazase durante un año el número de animales ascendería exponencialmente (una jabalina pare 5 o 6 jabatos en cada parto y si hay abundancia de comida puede tener hasta dos partos al año) y éstos pasarían a ser 27.000 individuos al año siguiente, y qué sería entonces de los cultivos, quién plantaría fabes, patatas u otros productos (aunque se pague a los agricultores los daños), a qué precio habría que vender estos productos al disminuir la producción, se encarecería el coste final, y si los ganaderos no pueden sembrar maíz a cuánto ascendería el coste del pienso de ganado y a qué precio habría que vender la leche, cuántos ganaderos tendrían que vender las vacas.

Por ultimo comentar el desplante de abandonar los cotos, en el caso del coto de una extensión media por ejemplo el presupuesto aprobado para el año 2010-2011 asciende a 242.000 euros que tienen que sufragar 351 socios habiéndose producido la presente temporada 39 bajas por diversos motivos (fallecimiento, problemas económicos, otros cotos más baratos, etcétera) y disminución de la venta del número de recechos de corzo por la repercusión de la crisis sobre los clientes habituales. Cuánto tiene que pagar cada socio en el apartado de tarjeta de socio para seguir cazando, y si se sube la cuota habrá más socios que se den de baja, la pescadilla que se muerde la cola.

Resumiendo no se trata de cazar gratis sino de cazar a un precio asumible por la inmensa mayoría de los cazadores y por el bien de todas las personas, que de una u otra manera están ligadas al campo asturiano.

Edelmiro Nicieza, presidente de la Fundación para el Manejo, Desarrollo y Conservación de la Vida Silvestre y su Hábitat, Oviedo