Humo en las calles
Cada vez que camino por la calle, en un momento u otro, me cruzo con alguien que fuma. Y cada vez acabo inhalando su humo. La decisión de fumar es personal, claro está, pero hay que tener en cuenta los efectos que puede tener sobre el resto de personas. Yo, que no fumo, ¿por qué tengo que inhalar este humo tóxico? Por suerte, ahora ya no se puede fumar dentro de los locales. ¡Menos mal! Eso sí que era un abuso. Pero ahora, aunque entiendo que la calle es el único sitio que les queda a los fumadores, también pienso que deberían entender que las calles no son suyas, y que sus acciones también afectan a otras personas. Las grandes ciudades españolas ya están demasiado contaminada, como para que además los que decidimos no fumar tengamos que intoxicarnos por la decisión de los demás. No sé cuál tiene que ser la solución, pero está claro que el dominio de los fumadores del espacio público tiene que acabarse.
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