Orgullosas y culpables
A todas las madres trabajadoras, estudiantes, cuidadoras, amas de casa, etcétera, etcétera, etcétera, y con un gran sentido de culpabilidad.
Hay que sentirse orgullosas, evidentemente. Pero por qué no agotadas, culpables, malas madres, malas amas de casa, malas educadoras y sin un minuto de tiempo para sentirnos mujeres. Mujeres, sí. Así sin más. No hay que pedir perdón porque a veces no podamos más. Oír críticas de todos lados y guardar silencio, cuando no tenemos ganas de nada, cuando no podemos más. Pues esto es un agradecimiento y un llamamiento a decir que no, que claro que hay momentos en los que no podemos ni respirar, momentos en que lo dejarías todo. Eso no es malo, es simplemente así. Orgullosas de mantener nuestras familias, de ser madres, de atender la casa, de criar a nuestros hijos, de trabajar, de hacerlo todo. Pero también cansadas, agotadas y echas polvo.
Soy increíblemente feliz con mi vida, como todas, pero sólo reclamo y sin vergüenza el derecho a decirlo. Cuando no podemos más. Pues esto es un agradecimiento y un llamamiento a decir que no, que claro que hay momentos en los que no podemos ni respirar, momentos en que lo dejarías todo. Eso no es malo, es simplemente así.
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