Necesitamos políticos y jueces de fiar
Nuestros abuelos hacían negocio y mantenían el compromiso con un apretón de manos, eran gente de fiar, ahora no.
Nuestros representantes, los que debieran ser los grandes galanes de la Justicia y de las buenas formas, se comportan cómo verdaderos chiquillos de barrio bajero. Lo que vemos y escuchamos en el hemiciclo, las cosas que se dicen los unos a los otros, la falta de respeto por todos, es verdaderamente preocupante. No puede ser que los Rufianes, Casado, Rivera, etc. monten ese esperpéntico espectáculo en cada sesión que intervengan. Si bien en un principio Rufián parecía un joven dispuesto a decir todo por su nombre, se le subió la fama a la cabeza y desentona de una manera vergonzante para el cargo que ocupa. Se puede decir todo con dureza y sin tapujos, pero con cuidado de no perder nosotros mismos las formas. El portavoz que tenía Rajoy (Hernando) es otro sujeto que incluso queriendo decir lo que decía, podría dejar de ladrar y aparentar estar con los dientes siempre dispuestos a soltar mala saliva por ellos.
A los corruptos hay que denunciarles ante la justicia, pero si en vez de eso, tratamos de aparentar ser jueces todos nosotros, ya estamos haciendo mejores a los sinvergüenzas.
Se entiende que las personas que elegimos para legislar, mandar y hacer justicia están preparadas para ello, pero observamos atónitos de cómo esos poderes del estado están en manos de manejables y maleables individuos.
Lo que está pasando en España desde la corruptela generalizada del PP, es para poner pie en pared y empezar a sanear todo. El poder legislativo, ejecutivo y Judicial dependía de una sola persona ¿no se asombraban que cuando preguntaban a Ministros o diputados del PP sobre cualquier tema, jamás decían, está el gobierno o el partido en ello, sino, que aludían a las decisiones de Rajoy? Eso no es democracia, es cosa diferente.
Luego todo se ensucia, los necesarios espías del estado, los que hacen las labores sucias de la policía y servicios de inteligencia los convirtieron en cloacas del estado. Los usaban para limpiar sus porquerías, y claro luego los Villarejos de turno son sujetos despreciables cuando son los galantes de nuestra seguridad. Por si no los sabían ustedes, estos comisarios o servicios secretos que cobran de los fondos reservados, son pieza clave para descubrir y apresar terroristas antes de que atenten, mafias, traficantes, atentados y toda clase trabajo peligroso para que nosotros estemos más tranquilos. Por eso tienen que tener doble personalidad, tripe o cuádruple dedicación, incluido aparentar ser dueños de burdeles y empresas que los gobiernos les facilitan, solo así lograrán incrustarse entre la delincuencia variada que les asignen.
Que decir de la Justicia, si los órganos de gobierno de los jueces están politizados y manejados por quienes gobiernan, los quitan y ponen a su antojo según les convenga a ellos. En este tema me llama la atención que los propios jueces de todas esas salas señaladas no salgan ante la opinión pública y digan que ellos son independientes y que denunciarán a quien ose insinuar que prevarican. De lo contrario por estar en cargos a dedo que les conceden y reparten según ideología los políticos de turno, seguirán sembrando muchas dudas de su imparcialidad a la hora de tomar decisiones contra quienes les colocaron allí.
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