Asturias en orden de marcha
A que los empresarios "salgan del armario", solo tengo que decir: ¡ya era hora! Decía Hannah Arendt que «el objeto de la dominación totalitaria se encuentra en eliminación de la distinción entre los hechos y la ficción». En Asturias nunca aprendimos a hacer bien tal distinción. Por ejemplo: el carbón en Asturias, con su difícil extracción, nunca fue rentable pues era más barato traerlo de afuera y, aquí, además, se pagaba un alto precio en vidas humanas. Esos eran los hechos, la ficción: mantener el mito revolucionario del héroe explotado. Podemos decir que lo mismo ocurrió con la automatización de los procesos industriales y sus tecnologías (incluyo a todos los AASS). Nunca tuvieron imaginación suficiente para ver que el desarrollo tecnológico acababa con la clase trabajadora y que, por tanto, había que 'salir del armario' para enfrentarse a la realidad de que, si en 1934 ocurrió el principio del fracaso, había que comenzar el cambio hacia 1984. Pero no se hizo así, y un empresario en 1984 visita un aula de automatización y, ante lo que está puesto en la pizarra, exclama para que lo oyesen todos jefes y directivos que le rodeaban: «eso está bien para mis hijos, pero no para mis trabajadores». Así que los trabajadores contentos de que la automatización solo fuese polvo de tiza blanco en una pizarra. Ahora los sindicatos, en un proceso de falta de imaginación para ver la realidad, dicen que deben ponerse impuestos a los robots, en vez de pedir subvenciones para que se roboticen las fábricas. Lo que traería competitividad, riqueza y reducción de jornada laboral. Por eso me entristecen las largas jornadas en la precariedad que veo. Tras este aldabonazo de los empresarios y de los medios al crear "Asturias siglo XXI", somos los asturianos (de dentro y de fuera) los que debemos ponernos en orden de marcha, pero bien conducidos.
En cuanto a impuestos, se debe poner un gran impuesto a los servicios totalmente automatizados sin empleados. Porque: 1) El empleado que atiende al cliente podrá usar toda la maquinaria que se requiera e incluso ser ayudado por la IA y el robot, pero él será quien atienda al cliente. 2) El salario del empleado podrá ser deducido del impuesto sobre la automatización del proceso del servicio. 3) Habrá sanciones si una persona no es atendida directamente por un empleado en horas de servicio y, además, se deberá mantener el servicio abierto (automatizado o no) fuera de ese horario de servicio. Administración, bancos, gasolineras, cafeterías y demás... Deben cambiar de actitud. ¡Ah! Y eso de trabajar por internet para ustedes, debe ser la excepción no la norma. Esto es lo que deben reivindicar los sindicatos y "salir del armario", que hay mucho desempleado de baja cualificación que podría ser especialista, con la ayuda de la IA y el robot, para atender a otras personas. Y la construcción necesita hacerles locales y oficinas donde atender al cliente.
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