Los piropos que dan miedo
Hoy me he dado cuenta que, por desgracia, he normalizado los piropos que a veces te lanzan desconocidos por la calle, normalmente hombres a mujeres. Ojalá tuviera el valor para girarme y responder. Ojalá no tuviera miedo de reprocharles que estos comentarios, lejos de gustar, molestan. Ojalá todas perdiéramos este miedo y cesaran. Pero hoy me he dado cuenta que, por desgracia, prefiero hacer oídos sordos.
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