Comercio de negreros
El 23 de noviembre la mayoría de los comercios se lanzó a la promoción del Black Friday, a pesar de que su origen, por lo que pude averiguar, nada que ver con el mercadeo de esclavos, se está convirtiendo en pleno siglo XXI, en un mercado absurdo con obreros en régimen de pseudo esclavitud.
Si normalmente la orgía de compras navideñas, comenzaba a principios de diciembre, este año con motivo del viernes negro (dilatado por espacio de una semana), ha hecho que los horarios de comercios y grandes superficies, se adelantara más de 7 días. El en teoría chollo se transforma en estafa, pero el-la ingenuo-a se irá a casa inconsciente del desfalco, y es que la manada borreguil actúa por instinto, como animal irracional, reacciona ante el más mínimo estímulo, y en la bacanal del despilfarro, no son conscientes del mal que hacen a quienes están atendiéndoles. Esos hombres y mujeres que les atienden (por si usted lo ignora), con la llegada del "Black Friday", llevan trabajando 2 semanas sin descansos. Sí, trabajaron los dos domingos, y por delante tienen otros tantos festivos para trabajar, y ojito, que contrariamente a lo que puede usted pensar, no les pagan más por estar de cara al público esos días festivos ¿saben cómo les recompensan? Pues si tienen suerte, con días de descanso a disfrutar cuando la patronal lo vea conveniente, a través de la nueva modalidad (maquiavélica), conceder los días de descanso en forma de prorrateo por horas. El objetivo, impedir que el "esclavo" sume más de 40 horas semanales, y de esta forma privarlo de días de descanso a los que tiene derecho. Si esto no es un régimen de semi esclavitud, explíquenme ustedes qué es.
¿Por qué ocurre esto? Todos somos conscientes desde los albores de la historia, que los abusos del poderoso frente al individuo, siempre tienen un culpable claro: "el estado". Si no se legisla como es debido, el perjudicado es y será siempre el más débil. Supongo que estaréis hartos de oír hablar de la necesidad de apoyar al pequeño comercio, el que llaman comercio de cercanía... todo palabrerío, la única forma de apoyar al pequeño comercio pasa por poner coto a las grandes superficies, a esas pirámides faraónicas en las que cientos de esclavos atienden 6 ó 7 días a la semana a un público ávido de... sinceramente, no lo sé.
Yo por norma, jamás iré a comprar de fin de semana, ni tan siquiera comestibles, por el simple hecho de que cuento con 5 días a la semana, y dado que los supermercados abren hasta las 21:30 (22:00 en algunos establecimientos), dudo que haya gente que con ese horario, no tenga tiempo suficiente para abastecerse.
Me repatea, me irrita, me enerva ver la nula empatía del consumidor frente a los empleados del comercio: ¿estáis seguros de que necesitáis tener los comercios abiertos más de 10 horas, desde el 23 de noviembre hasta el día 5 de enero? ¿Me lo juráis?... si tu respuesta es afirmativa, estoy seguro de que tu perfil responde al del típico anormal que un domingo a las 19:59 aprovechando que está abierto, y sólo falta un minuto para el cierre, entra en la tienda para mirar.
Hace tiempo lo veía desde la distancia, pero cuando ves a tu familia, a tus amigos, viviendo las navidades en galeras, no puedo reprimirme. Ojalá que tú, que no eres capaz de pasar sin ir de compras un día festivo, lo vivas en carne de tu hija-o, que compruebes por ti mismo hasta donde llega esta aberración, el consumismo ridículo, que únicamente responde a la usura de las grandes superficies, que en esta vorágine de despilfarros, desprecian a sus empleados convirtiéndolos en parte de la mercancía con la que trafican.
Sé que es una utopía, pero estoy seguro de que si todos dejáramos de comprar en festivos y domingos, otro gallo cantaría, mientras tanto, quede constancia de mi más absoluto desprecio a esta forma de traficar con personas, sentimientos y objetos, más aún cuando según tradición cristiana, se trata de tiempo de recogimiento, de juntarse con la familia, de compartir más tiempo con las personas con las que no podemos pasar el tiempo que quisiéramos.
Mi más sincero apoyo al pequeño comercio y por supuesto a todos los empleados de las grandes superficies.
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