La necesidad de Álvarez-Cascos
Tras las palabras de nuestro alcalde y presidente local, Antonio Rey, y después de haber podido charlar con los miembros de la Junta Local del Partido Popular de Grado, de la soy secretaria, no puedo dejar de sumarme al que es cada día un mayor clamor por la vuelta de Álvarez-Cascos a la política, y en particular, a la asturiana, para encabezar la candidatura autonómica de 2011. En primer lugar, y permítanme ser egoísta, un candidato de la altura de Álvarez-Cascos tendrá también una repercusión innegable en las candidaturas locales y es que, como se suele decir, cuando el candidato autonómico tira para arriba, ese tirón encuentra su reflejo en las políticas municipales. Pero al margen de este dato, como concejala de un municipio medio como Grado, no puedo negar la necesidad de una figura como la de Álvarez-Cascos para Asturias, y utilizo el término en el sentido que le acaba de dar unas recientes declaraciones nuestro presidente regional histórico, Isidro Fernández Rozada. Sí, necesidad, porque junto a las variadas razones, que las hay, relativas a la macroeconomía, y que nos retratan como una región en declive, hay otras razones, más del día a día, el drama por ejemplo del número de parados de nuestra comunidad autónoma, que crece imparable a falta de una política eficaz. Es un drama personal y familiar, el hundimiento del proyecto de vida de uno mismo y de su entorno más cercano. Una de las grandes virtudes de Cascos es su conocimiento de Asturias y su querencia por esta tierra, ya lo demostró en su etapa como miembro de los dos gobiernos de Aznar; al conocer nuestros problemas sólo restaba buscar las soluciones y comprometerse con ellas. Cascos hizo ambas cosas, encontró las soluciones adecuadas esto es, una apuesta decidida, nunca hecha hasta entonces por el desarrollo de Asturias, y se comprometió mediante las que son otras de sus virtudes personales, su capacidad de trabajo y el empeño en llevar la tarea hasta el final. Seguro que por esto último, porque con Zapatero se fueron ralentizando-eliminando algunas de las grandes obras de su legado para Asturias, Cascos, en un nuevo ejercicio de lealtad para con su tierra, sopesa volver a la vida pública. Desde el Partido Popular de Grado le animarnos, le rogamos que así sea. Tras haberse comprometido Ovidio Sánchez a no presentarse más a las alecciones, el vacío de la candidatura autonómica se ocupará al más alto nivel; recuperar a Álvarez-Cascos es el mejor legado que nos puede dejar el actual presidnete regional. Cascos es un asturiano que presume de asturianía, preparado, experimentado en la vida de Partido y en la gestión propia del Gobierno; es evidente que su nombre ensombrece cualquier otro, pero ante todo es una necesidad para Asturias, la necesidad de que pueda terminar todo aquello que le están entorpeciendo y la oportunidad de dar aire fresco, cambio político que traiga a los asturianos la misma ilusión que tuvimos cuando él estuvo en el Gobierno de España.
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