Una misión imposible
Justo cuando, momentos después de las doce campanadas de fin de año, estábamos todos reunidos "Echando los Santos", costumbre ancestral que ha arraigado en mi casa, nos acordamos de Zapatero y le incluimos en la lista, aún a sabiendas de que harían falta para dirigirle todo el año por la senda digna, dos santos con muchísima paciencia, aguante y una dosis inmensurable de valor para enfrentarse a unos pensamientos del presidente del Gobierno de España, que parece que han sido modelados cuidadosamente y que son dirigidos por la mano invisible de los "hijos de la viudad", que se rigen por las "constituciones de Anderson" (1723).
Todos sus actos, esas pequeñas cosas que parece que se no tienen importancia, juntas forman algo parecido a una macabra trama, a un macabro proyecto: educar para la ignorancia y la formación de un caldo de cultivo preferido por los dictadores y por los regímenes totalitarios; guerra sin cuartel a la religión católica, diana de los masones desde que algo se sabe de ellos; eliminar de la historia todo aquello que les haya sido adverso; el fomento sistemático del odio entre dos sectores de España, y ahora -no será la última- la ley del aborto que convertirá el asesinato en un derecho y en un cuerno de la fortuna para ciertos amigos galenos sin escrúpulos y ciertas clínicas abortistas. Todo esto y algunas cosas más que parece que no tienen importancia, forma parte del gran proyecto de acabar con España, y por lo que la historia -que se escribirá algún tiempo tal cual sucedieron los hechos, mal que les pese a los muchachos del compás y la escuadra-, reconocerá al que talmente parece ser su lacayo, como un genocida de la categoría de Hitler o de Stalin, aunque con el agravante de que a éstos se les acabaron los crímenes a su muerte; pero en el caso de este desdichado los crímenes se continuarán sucediendo después de su muerte, si es que no se deroga esta Ley.
Así es que se extrajo su nombre de la lista para echar los santos. Mi familia no quiso comprometer a ningún santo. Sería demasiada responsabilidad indicar el camino del buen comportamiento ético y moral a semejante personaje. Misión imposible.
Guillermo Fdez. Barettino Lorenzo, Modera de Aller
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