Sobre el divorcio
Las actuales leyes que hay en el sistema judicial civil español lamentablemente facilitan el divorcio más que a la conservación y protección del matrimonio. Parece ilógico que si civilmente para contraer matrimonio se necesite la voluntad libre y sin coacción de las dos partes, para su disolución baste solamente la de una sola de las partes, ya sea de la mujer como del hombre y no siempre esta voluntad de la que pide deshacer el vínculo matrimonial puede estar absolutamente libre del todo, sino en muchas ocasiones puede llegar a estar incluso ofuscada. Dicho esto, una de las partes puede de forma unilateral solicitar una demanda de divorcio, no dejando a la otra parte ni a la legítima defensa ante un juicio, ya que el juez siguiendo la ley actual se decantará siempre por el divorcio. Aún no hay en España una sola sentencia que sea en contrario, de que el juez no vea procedente la demanda del divorcio, porque según la ley prevalece lo que pida una persona en aras a una supuesta libertad individual por encima a la salvaguardia del matrimonio, célula básica de la familia y protección hijos, un bien vital para una patria.
Cabría llegar a implorar a quienes tienen poder para hacer y deshacer las leyes que tengan en cuenta el daño que producen con las leyes del divorcio que en su día aprobaron o que consintieron no oponiéndose a ellas.
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