La Nueva España » Cartas de los lectores » Entre revulsivo y detonante: estimulante

Entre revulsivo y detonante: estimulante

16 de Diciembre del 2018 - Julio Luis Bueno de las Heras (Oviedo)

¿Somos un país de chichinabo y tenemos los gobernantes que nos merecemos por fatalidad genómica, o somos un país normal y corriente, con una clase política desafortunadamente extraída de nuestros peores percentiles? ¿Somos, quizá, un pueblo elegido por los dioses como chivo expiatorio de no se sabe qué, o tal vez estamos siendo secuestrados en una esquina del bioterio por los mismísimos demonios, o por alguna de sus franquicias, como Spectre, THRUSH, Kaos o clubes con nombres de reminiscencias cerveceras? ¿Somos una infeliz nación que ha entrado en barrena acelerada al rebufo de un 11-M o será -como algún experto ha dicho- la maldición de un Frankoamón desde su tumba, haciéndose cumplir la profecía vizcaíno-casera de que "no se nos puede dejar solos"?

Realmente ¿nos estamos parando a pensar en qué otra cosa que no sean rozamientos internos estamos dilapidando nuestras ya magras energías desde hace más de una década? ¿Nos damos cuenta de que, cumplidamente superadas las fases de fricción y erosión, estamos de nuevo al borde de la fisuración y la quiebra? ¿Nos estamos dando cuenta de cómo nos están viendo desde la barandilla del zoo nuestros más entrañables amigos y enemigos, ésos de quienes internacionalmente somos dependientes? ¿Es todo un mal sueño, un mix repetitivo de los peores momentos de nuestra tan encarrilable y teledirigible desmemoriada Historia, o se trata de una irresponsable mascarada para que unos y otros pastores -canallas sodomitas- saquen tajada a costa de un rebaño de borregos (y borregas) ordeñado, esquilado, esquilmado y amodorrado?

¿O será todo una farsa, incluida la indignación de los ingenuos o desavisados, como el que esto escribe?

Pero si este entremés de corrala va realmente en serio, y si cabía alguna duda de cómo nos estamos deslizando realmente por la rampa del vertedero, toca llorar desde ya mismo nuestras mejores lágrimas boabdilianas: ha bastado la reciente entrada en el aprisco -con paso firme y marcial- del nuevo aspirante a una vacante de pastor para que en el chamizo -con el rebaño asustado, revuelto y expectante- se haya alcanzado un paroxismo de mayorales, rehaleros y zagales superando sus propias cotas de estulticia, amoralidad, cinismo, sectarismo, mezquindad, incoherencia, osadía, despropósito, y frentepopulismo, lanzándose en tromba, vaguada abajo, hacia el más patético (aunque elocuente e ilustrativo) ridículo pecuario. En estos días hemos visto a nuestros sedicentes líderes políticos enloquecidos: gobernantes -entronizados gracias a "independentistas, golpistas y amigos de terroristas"- escandalizados por la presunta irrupción de panzerdivisionen "anticonstitucionalistas"; hemos contemplado a confesos comunistas lloriqueando por la peligrosidad de presuntos fascistas; hemos disfrutado a empecinados y marrulleros jugadores de la banda ultraizquierda dando lecciones de democracia llamando a rebato a sus hooligans para invadir abruptamente el campo ante la mera posibilidad de que, dentro del juego, también haya lugar a algo de juego por la banda simétrica; hemos padecido arcadas de vergüenza ajena oyendo a ministros, ministras y ministres cogiendo sus viscosos apéndices con papel de filtro, pontificando sin pudor o arengando con lengua viperina contra pajas en ojos ajenos; nos ha podido dar la risa floja disfrutando a sedicentes varones de partidos chaqueteros o defraudadores de su ideología predicando, modulando su discurso de valores heroicos y virginidad herida e impostando extemporáneamente pendones al viento. (Este tipo de histerias, como casi todo en este perro mundo, ya están descritas en las antologías: por ejemplo, en "La guerra de los mundos", en "1941" y en "¡Que vienen los rusos!").

Y para llevar tan increíble espectáculo al absurdo más peligroso por su capacidad de inseminación social, estamos viendo a gurús, tertulianos, plumíferos y tribuletes enloquecidos impostando mercadotécnicamente obsesiones alarmistas ante una inminente irrupción de las camisas pardas y negras en una tendencia de temporada ya marcada por los influencers en un estilo cool que combina txapelas con capuchas y barretinas y patagios con lazos y pañuelos, dispuestos tales libertadores mercenarios a sacar al supuesto enemigo del escenario por la chimenea, persiguiendo a votantes incómodos, señalando sus puertas ahora con estrellas de cinco puntas. Eso sí, con las consabidas bulas de legitimidad ética y patentes de corso político autoexpedidas en sus chiringuitos y con sus privilegiados salvoconductos de emergencia para tratar de escabullirse de rositas si la pifian, amonestándonos encima, desde la megafonía, con su inveterado y condescendiente tonillo magistral.

La verdad es que el innovador producto VOX® -con kelesdenato® forte- ha levantado expectación: incomoda a los envenenadores y da yuyu a los pacientes susceptibles, con bajas defensas y dieta rica en tele y likes. A los que nos alimentamos de papel y radio independientes y recelamos de las güiquipedias, se nos brindan más posibilidades de tener cierta idea acerca de por qué muchos medicamentos conllevan efectos vomitivos, y de que, a falta de eficientes lavados de estómago, los eméticos han sido específicos prescribibles en circunstancias extremas para tratar intoxicaciones en sus estadios no muy avanzados.

Con el teléfono de emergencias a mano, una estampa de Santa Rita a la vista, y el aseo cautelarmente libre, sigamos prudentemente nuestra evolución ante esta terapia rompedora y emergente.

Cartas

Número de cartas: 45567

Número de cartas en Julio: 28

Tribunas

Número de tribunas: 2069

Número de tribunas en Julio: 2

Condiciones
Enviar carta por internet

Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.

» Formulario de envío.

Enviar carta por correo convencional

Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:

Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo
Buscador