Echándose en cara los humos
Los del dióxido de carbono, por supuesto. Y es que el último estudio del Global Carbon Project calcula que en 2018 se ha vuelto a batir el record de emisiones de CO2 a la atmósfera, desatando reproches ante las mayores subidas proporcionales encabezadas por India y China -con un 6,3 y un 4,7 por ciento, respectivamente-. Hete aquí la poca decencia de determinada gente sugiriendo un "ajuste del cinturón" en sus consumos internos. Díganme, pues, ¿qué derecho moral tienen las superpotencias de exigir ésto a sociedades enteras, cuya única ambición era simplemente alcanzar el nivel de bienestar del que algunos ya disfrutamos?
¿Acaso desde los así autodenominados países desarrollados hemos olvidado de dónde venimos? Sobre hombros de gigantes feroces encarnados por la explotación y esclavitud, naciente de un colonialismo arrollador, para posteriormente exportar ideales capitalistas a los que atenerse o morir gracias a la globalización... y ahora, ¿pretendemos negarles aquellos deseos que les enseña la cultura de consumo occidental, para arrebatárselos con la excusa de la responsabilidad viniendo precisamente de aquellos que antaño no la tuvieron? ¡La empatía brilla por su ausencia! Ciertamente, el cambio climático en ciernes, de mayores estragos aún por venir, será nuestra verdadera cura de humildad.
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