In memoriam Carlos Balado
Tuve la fortuna de conocer a Carlos. ¿Por qué? Porque fue un hombre capaz de asumir sus responsabilidades a largo de su vida, que no fueron otras que sacar adelante a su familia y prestar su apoyo a todos los que nos cruzamos con él. ¿Es necesario, transcurrida la vida de una persona, exigir algo más? Dicho así parece poca cosa pero no lo es, es mucho, muchísimo.
En el último periplo de su vida, cuando intentaba pasear por su entorno, pese a que apenas podía hacerlo, luchó y luchó y luchó. Afable, cariñoso y buen conocedor del ser humano, su hombría de bien fue como su segunda piel. Siempre cercano, con el sentido común como premisa, hasta lo que estaba mal le parecía disculpable o lo atribuía a errores involuntarios. Nunca te oí criticar a nadie. En el mundo en que vivimos su imagen no se correspondía con la de un triunfador a la moda. Por eso y por el agradecimiento que le debo en diversas circunstancias personales, me merece el mayor respeto. Como creyente que fue, espero que su huella larga y profunda quede plasmada entre las luces del cielo. Carlos, que sepas que dejas un vacío, pero también el orgullo de haberte conocido.
Debe rellenar todos los datos obligatorios solicitados en el formulario. Las cartas deberán tener una extensión equivalente a un folio a doble espacio y podrán ser publicadas tanto en la edición impresa como en la digital.
Las cartas a esta sección deberán remitirse mecanografiadas, con una extensión aconsejada de un folio a doble espacio y acompañadas de nombre y apellidos, dirección, fotocopia del DNI y número de teléfono de la persona o personas que la firman a la siguiente dirección:
Calvo Sotelo, 7, 33007 Oviedo