Por la vida
Ha sido aprobada la nueva ley del aborto, no debería haber ni ganadores ni perdedores, el debate ha sido manipulado desde grupos de presión opuestos y enfrentados. Ante el drama del aborto nadie sale beneficiado. Las primeras mujeres que pidieron una ley que regularizara estas prácticas fueron unas enfermeras americanas que acompañaban a las mujeres que morían desangradas y silenciadas por no recibir una adecuada atención médica. Hoy debemos seguir pidiendo una asistencia médica adecuada a través de un consentimiento informado donde se explique las consecuencvias físicas y las secuelas psíquicas que produce el aborto.
Si las mujeres están siendo presionadas por la sociedad, familia, pareja... que le presenta la solución fácil y rápida (abortar) como si fuera mejor no tener que tener un hijo, la pregunta que me hago, ¿no son bien recibidos algunos niños? ¿Son niños discriminados o madres discriminadas? ¿Estorban en nuestro proyecto de vida?
La falta de amor crea enfermedades nuevas: síndrome post-aborto, síndrome de alienación parental, síndrome post-traumático... que sufre la sociedad y parece que todos y nadie tiene la culpa, ni la ideología de género ni la moral católica.
Todas las mujeres que ayudan a estas mujeres están a favor de la vida, la violencia de género puede ser más o menos visible, más grave o menos grave, pero no invisible. Lo que sí seguimos teniendo es discriminación de mujeres y deshumanización de la sociedad.
No ha estado en el debate la trata de mujeres que también afecta a la moral sexual. Sor Juana Inés de la Cruz fue la primera feminista que cuestionaba el amor tradicional, y hoy en la cultura occidental al amor se le asigna una estética asociada a benevolencia y afecto con erotismo. Creo que estamos en un proceso de redefinición, porque los cambios sin duelos es dar pasos hacia atrás.
Enculturación es vivir los procesos en los que aprendamos unas mujeres de otras, pero resulta difícil si está permeado por relaciones de poder.
Las mujeres deben tomar conciencia en un sentido ético positivo, no somos productos de autocosumo. Si no sé lo que quiero probablemente esté dispuesta a querer lo que los otros quieren de mí.
Tenemos que seguir queriendo ser pioneras y buscar consenso, las demandas aisladas no sirven, si tenemos más riesgos y, por ello, si somos más vulnerables, es necesario seguir luchando ante la adversidad por un mundo mejor.
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