A Laura
Laura, no puedo quitarme de la cabeza tu mirada bellísima de chica sana, dulce, culta, trabajadora, comprometida y luchadora. Todo lo que cuentan en prensa de ti me hace quererte como si fueras de mi familia cada día que pasa desde tu horrible asesinato.
Siento como propios una parte del inmenso dolor y la segura rabia de tus padres, de tu novio, de todos tus familiares y amigos.
Pero además estoy indignada con ellos, los que proporcionaron a esa alimaña la libertad inmerecida, una paga para comer, una casa frente a la tuya y el derecho a volver a su pueblo, el mismo derecho que a ti te quitaron para siempre.
Según la prensa, era vox populi que mataba, violaba y había regresado al pueblo desde la cárcel. Pero los ciudadanos que se movilizan en contra de la vuelta a su barrio de un asesino violador, padres y madres que simplemente piden medidas preventivas, no están bien vistos por amplios sectores de la "intelectualidad". Aun así, muchas madres y muchos padres valientes se atreven a manifestarse prácticamente "en zapatillas" delante de los colegios de sus hijos o en sus barrios, clamando por evitar el peligro que acecha cuando regresa de la cárcel en libertad alguna otra alimaña.
No hay juez ni experto en vigilancia penitenciaria que pueda demostrar la reinserción "revisable" de esas hienas reincidentes. Sólo merecen pudrirse en soledad en la cárcel.
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